Como ya hemos señalado
con anterioridad, estos datos nos puede dar una idea de la importancia que
tiene la violencia y el vandalismo no solo en el fútbol o el deporte
sino en la sociedad en términos generales.
1. El grupo de Leicester: Norbert Elias y Eric Dunning
En la universidad de Leicester,
en torno a la década de los años 50, Norbert Elias comienza
a dar forma a su teoría del Desarrollo de la Civilización, en
torno a la cual se organizará este grupo de investigación.
Norbert Elias nace en 1897, de
ascendencia judeo-alemana. Comienza su carrera de sociólogo en Heidelberg.
La continúa en Franckfort, en el Departamento de Sociología,
cerca de Adorno y de Horkheimer (Escuela de Franckfort) aunque independiente.
Elias es un humanista que se acerca al estudio de la violencia, además
de por razones académicas, por las experiencias personales que vivió
en la Alemania nazi (su madre murió en el campo de concentración
de Auschwitz). Mantiene discrepancias con Popper sobre el concepto de "leyes
universales"1. También critica a la teoría marxista por
tratar a las sociedades particulares como si existieran por si solas y se
desarrollaran únicamente de acuerdo con su propia dinámica endógena.
Aquí vamos a considerar
tres estudios recogidos en Elias y Dunning (1986). El primero de ellos es
un estudio del propio Norbert Elias titulado "Un ensayo sobre el deporte
y la violencia". El segundo es de Eric Dunning titulado "Lazos Sociales
y violencia en el deporte" y el tercero, y último, es de Eric
Dunning, Patrick Murphey y John Williams titulado "La violencia de los
espectadores en los partidos de fútbol: hacia una explicación
sociológica".
1. En el primero de los ensayos
(el de Norbert Elias2 titulado "Un ensayo sobre el deporte y la violencia")
comenta brevemente el origen de los deportes y su vinculación al proceso
de industrialización y de urbanización. Además comenta
como van emergiendo las normas que regulan el deporte. En este emergentismo
donde se producen los puntos de tensión. En la génesis de los
deportes, son los propios equipos o sus patrocinadores quien elaboran las
reglas. A medida que esta función de construcción pasa a un
organismo menos local y más nacional aumentan las tensiones. El organismo
nacional tiene unos intereses de velar por el juego de todos los equipos frente
a cada uno de los equipos, cuyo fin inmediato es la victoria. Este es el inicio
de una polaridad que genera tensión. No obstante Elias sostiene que
se ha producido una restricción en el uso de la fuerza física
y en particular sobre el hecho de matar (se refiere principalmente a la caza);
y que se ha producido un desplazamiento del placer experimentado en la comisión
de la violencia hacia la visión de la violencia, estos dos hechos -asegura
Elias- son indicadores del empuje civilizador de la actividad humana.
"Pues es la caza parecida
a la guerra; sus incertidumbres, sus fatigas, sus dificultades y sus peligros
y sus peligros la hacen interesante por encima de todas las demás diversiones"
-Beckford. "Thougts on Hare and Foxhunting" págs. 190 y ss3.
Llega a afirmar que el deporte
ha sido un gran invento social carente de planificación que tiene un
efecto liberador sin que nadie resulte herido. De forma global, Elías
ve el deporte como un invento social sujeto a los mismos procesos de civilización
que la sociedad en la que se ha originado.
2. Con respecto al segundo estudio,
el de Eric Dunning titulado "Lazos Sociales y violencia en el deporte",
comienza recordando algunas de las principales ideas de algunos trabajos en
los que se habla de descivilización o fin de esta civilización
por un incremento de los crímenes y violencia. Al hilo de esto, recuerda
el trabajo de Peter Marsch4, donde afirma que se reduce la violencia socialmente
constructiva -a la que denomina aggro- y aumenta la violencia incontrolada.
También que hay un aumento alarmante de la violencia en el deporte,
tanto entre los jugadores como entre el público5. Y recuerda una de
las ideas del sociólogo alemán Kurt Weiss, según la cual
este incremento de la violencia rebate parcialmente la "teoría
del proceso civilizador". Al hilo de esta afirmación Eric Dunning
deja clara su postura, es contrario a la idea de que la sociedad y el deporte
cada vez sean más violentos. Y para justificar esta afirmación
establece tres tipos de parámetros que permitan diferenciar los tipos
de violencia:
los medios empleados
los motivos de los actores
parámetros sociales que
permitan distinguir los tipos de violencia
A continuación y siguiendo
la tipología de la acción de Weber establece ocho distinciones:
Violencia real o simbólica
Violencia como juego o burla versus
seria y real (violencia ritual y no ritual)
Violencia con o sin armas
Violencia con armas pero con o
sin contacto con la víctima
Violencia accidental o intencional
Violencia sin provocación
o como resultado de una venganza
Violencia legítima o ilegítima
Violencia racional o afectiva
versus violencia como un fin en si misma.
Realizada esta distinción,
afirma que algunos deportes (el rugby, el boxeo y el fútbol) son espacios
para la expresión ritualizada y socialmente aceptada de la violencia
física. Y esto viene a apoyar "el proceso civilizador" de
Norbert Elías ya que en general se ha producido, a largo plazo, un
equilibrio entre la violencia afectiva y la violencia racional. A continuación
transcriben un párrafo de Owen sobre una especie de juego de gran violencia
, el knappan6. Señala que el rugby pueden descender de algún
tipo de batalla ritual, pero que actualmente es civilizado y señala
los factores que coadyuvan en esta valoración (reglas escritas, sanciones
a las transgresiones, el rol del árbitro y existencia de un organismo
central que elabora y hace cumplir las reglas).
En otro epígrafe operativiza
el concepto de Elias de "alargamiento de las cadenas de interdependencia"
en el proceso civilizador como sustitución de lazos segmentarios por
lazos funcionales. La sociedad que tenga un predominio de lazos segmentarios
tiende a generar violencia física en las relaciones humanas de diversas
maneras que se refuerzan unas a otras. Establece una cuadro de doce apartados
de lazos segmentarios que son sustituidos por lazos funcionales. Establece
una serie de pautas de aparición de la violencia en función
de la predominancia de lazos segmentarios. Cuando en una sociedad existe una
predominancia de lazos funcionales el Estado monopoliza el derecho a emplear
la fuerza física. Dado esto, es estas sociedades con predominancia
de lazos funcionales, los deportes más combativos forman un espacio
donde la violencia está socialmente permitida.
Señala como el fútbol siempre ha estado marcado por los incidentes,
aunque en los últimos tiempos están aumentando de forma alarmante.
Afirma que existen cuatro aspectos de la afición violenta del fútbol
que hacen pensar que tengan su origen en lazos segmentarios:
1. Les resulta tan interesante el enfrentamiento como presenciar el partido
de fútbol
2. Los grupos rivales pertenecen al mismo estrato social
3. El enfrentamiento entre grupos rivales adopta una forma de vendetta
4. Alto grado de conformidad y uniformidad en la acción (canciones
y lemas)
Finaliza haciendo una caracterización sociológica de los atributos
de estos grupos violentos del fútbol
3. El tercero, y último de los estudios, publicado por Eric Dunning,
Patrick Murphey y John Williams titulado "La violencia de los espectadores
en los partidos de fútbol: hacia una explicación sociológica".
En la introducción de este trabajo señalan lo habitual de los
incidentes violentos en el fútbol especialmente en Inglaterra. Señalan
que los aficionados violentos son unos pocos y que el resto se ven arrastrados
a la violencia. Con el fin de caracterizar a estos individuos incluye una
transcripción de una entrevista con un detenido tras el partido Cardiff
City y Manchester United de 1974:
Yo voy a los partidos por una sola razón: el agro7. Es una obsesión,
no puedo dejarlo. Disfruto tanto cuando estoy en ello que casi me meo de gusto
en los pantalones... Buscándolo, recorro todo el país... Todos
los días, por la noche, damos vueltas por la ciudad buscando camorra.
.Antes de los partidos vamos como si nada, con pinta respetable... luego,
cuando vemos a alguien con aspecto de enemigo, le preguntamos la hora; si
responde con acento extranjero, le damos una paliza; y si lleva dinero encima,
se lo quitamos además.8
A continuación señalan las múltiples posibilidades de
violencia de los grupos de hooligans . Señalan además que grupos
como el "Inter City" de West Harm, el "Service Crew" de
Leeds y los equivalentes en clubes como el Newcastle United y el Chelsea,
apoyan a organizaciones racista y de corte ultraderechista como el British
Movement y el National Front9. Describe someramente la forma de desplazase
a los encuentros y el atuendo, que contrariamente a lo que se pueda pensar,
huye de utilizar los distintivos de club de tal forma que se impida dar a
conocer quienes son. Tampoco siguen la moda de la cabeza rapada tan popular
en la década de los sesenta y setenta. Afirman que los jóvenes
implicados en los incidentes violentos tienden a considerar estos como parte
integral de asistir a un partido de fútbol.
Señalan que las explicaciones oficiales, el abuso de la bebida y/o
la violencia generada en el campo de juego son explicaciones con grandes limitaciones
pero que contienen elementos parcialmente válidos. Con respecto a la
bebida señala que no todos los que beben participan en actos violentos
y no todos los violentos beben. La bebida como factor causal está en
la superficie de la violencia, más bien la bebida facilita la violencia.
Por lo que respecta a la violencia en el propio campo de fútbol, no
deja de ser otro factor como puede ser la actuación de la policía
o el tratamiento que le dan los medios de comunicación a los disturbios
generados por estos grupos, que permiten establecer un ranking de grupos.
En otro apartado donde enumera las explicaciones académicas, cita el
trabajo de Ian Taylor10, y afirma que los hinchas pertenecientes a la clase
obrera consideran en cierta manera que los clubes de fútbol son una
democracia participativa. Consideran a los hooligans actuales como un movimiento
que intenta restablecer el control y salvaguardar los intereses de su clase.
Este análisis tiene aspectos comunes con el trabajo de John Clarke11,
éste considera el fenómeno del hooliganism a la conjunción
de la prefesionalización y espectacularización del juego durante
los años sesenta. Los jóvenes, que sufren un quebrantamiento
de los lazos familiares desuniéndolos de los ancianos, reaccionan contra
esto cuando asisten sin control a ver los encuentros de fútbol. Citan
también el trabajo de Stuart Hall que examina el papel de la prensa
en la generación del "pánico moral" en torno a la
violencia de los aficionados al fútbol. Este autor afirma que existe
una correlación entre la preocupación por este tema y el deterioro
de la economía británica.
Mencionan los trabajos de Taylor, Clarke y Hall de los cuales afirma que desde
la óptica de la teoría marxista son incapaces de explicar el
conflicto entre dos grupos pertenecientes a la clase obrera. Añade
que podrían haber explicado este fenómeno a través del
"desplazamiento de la agresión" pero que el único
que lo ha hecho ha sido Taylor.
Critican el libro The Rules of Disorder de Marsh, Rosser y Harré, en
este libro consideran que la violencia es exagerada por los medios de comunicación
y que nos trata más que de un "ritual agresivo". Eric Dunning
y colaboradores consideran que este trabajo está muy influenciado por
la etnología y principalmente por la obra de Desmond Morris, el cual
considera que ritual y violencia son mutuamente excluyentes. Además
Dunning et al. Consideran que los autores no hicieron ningún intento
en sistematizar los orígenes y circunstancias sociales de los hinchas.
Más adelante cita el Informe Harrinton en el que se afirma que los
hinchas violentos provienen de la clase trabajadora. En un estudio posterior
Trivizas12 llega a una conclusión similar, el 80% de las personas procesadas
por delitos relacionados con el fútbol eran obreros manuales o desempleados.
Gerald Suttles13 acuñó el término "segmentación
ordenada" para englobar dos rasgos interconectados del patrón
de vida en estas comunidades. Los segmentos que conforman las vecindades de
gran tamaño son relativamente independientes entre sí, sin embargo
los miembros de estos segmentos tienden a combinarse entre sí en casos
de oposición o conflicto. Robins y Cohen afirman haber observado un
modelo como el de Evans-Pritchard14 y Harrison en su libro Soccer's Tribal
War habla de lo que el denomina el "sindrome del beduino", consistentes
en alianzas ad hoc15. De acuerdo con Suttles el rasgo dominante de toda sociedad
caracterizada por una "segmentación ordenada" son los grupos
de personas del mismo nivel social, misma edad y mismo sexo integradas en
bandas callejeras.
Después Eric Dunning y colaboradores describen la sociogénesis
de la masculinidad agresiva. En este epígrafe afirman la importancia
de la socialización de los niños en la calle, ya que tienden
a interactuar entre ellos con agresividad. Están familiarizados a la
agresividad. Posteriormente son a estas personas de la clase obrera baja a
la que se les niega invariablemente status, significado y gratificación.
Eric Dunning, Patrick Murphey y John Williams afirman que la violencia de
los espectadores en el fútbol no es nueva. Muestran diversas noticias
sobre el tema aparecidas en la prensa y señalan como a pesar de existir
diversos períodos en los que la violencia ha remitido, no ha desaparecido.
Señalan asimismo que el problema se ha agravado con la profesionalización.
Critican también el papel desempeñado por los medios de comunicación.
En un principio -y citan el caso inglés- elogiando la buena conducta
de la masa y criticando los incidentes de los extranjeros. En esos momento
se llegó a comentar que ese tipo de incidentes nunca ocurriría
allí. Después, a partir de la década de los cincuenta,
se fueron recogiendo todos los incidentes violentos y se magnificaron. Les
acusa de haber magnificado las noticias para vender más periódicos.
2. Football in
its place: una reseña obligada en el comportamiento de las masas en
el fútbol
David Canter, Miriam Comber y David Uzzell, en su libro Football in its place
y a lo largo de seis capítulos entra en uno de los temas que menos
literatura ha generado en la Psicosociología del Deporte, los desastres
colectivos o el efecto de las masas.
En el primer capítulo se enfoca el fútbol como un fenómeno
de masas que representa a la perfección las líneas culturales
que nos diferencian. En efecto, cada hincha se identifica con su club o con
su equipo porque le atribuye unas características definidas y únicas.
Es obvio que existen diferencias entre clubes, ya que, aunque formamos parte
de una sociedad interrelacionada y en equilibrio, estas pequeñas diferencias
entre unas y otras entidades es lo que decide el carácter de los aficionados.
Antes, hace ya algunas décadas, los hinchas eran locales, pero, poco
a poco pasaron a ser no necesariamente locales.
En este capítulo ofrecen la opinión de los aficionados ingleses,
de la "gente de la calle". Curiosamente, las opiniones variaban
de club a club, sin embargo, todos coincidían en afirmar que las situaciones
de violencia y disturbios, han contribuido enormemente a que la gente deje
de ir a los partidos de fútbol. Y es que por muy increíble que
parezca, se ha registrado un descenso importante en la venta de entradas en
Inglaterra, sobre todo en los desplazamientos fuera de casa de los equipos.
Los hooligans son normalmente jóvenes de clase trabajadora, que los
autores desglosan de la siguiente manera: uno de cada cinco tiene menos de
17 años, dos tercios tienen entre 17 y 20 años y el resto tiene
más de 20 años. Concluyen: los hooligans16 son jóvenes
y son el grupo social más penado por los jueces, ¿existe pues
un prejuicio?. Las explicaciones que nos ofrecen para la aparición
de este grupo son varias: En primer lugar, la naturaleza humana es de por
sí agresiva, el fútbol además genera agresividad y, por
último, este deporte se convierte para muchos en un reflejo de los
problemas de la sociedad. Pero, ¿por qué la violencia no pasa
normalmente en los campos, sino fuera de ellos?. El fútbol es un deporte
que nos produce satisfacción y orgullo, pero también produce
muertes, aproximadamente en un año, se pueden alcanzar los 100 muertos,
entre agresiones y mal estado de las instalaciones.
En capítulo tercero se explican las diferencias entre los clubes ingleses.
Los autores postulan la existencia de una "cultura de los clubes".
Con esto se refiere a las actitudes y comportamiento que hacen que cada club
sea distinto y único. La idea de que cada club tiene una cultura propia
puede dar lugar a muchos problemas derivados de una opinión extremista
de esta cuestión.
El capítulo cuarto está dedicado a las muchedumbres y las emergencias.
Desde el principio de la historia hemos asistido a espectáculos concebidos
como agresivos para calmar los problemas sociales de las multitudes. Así,
por ejemplo, en la antigua Roma, tenían a los gladiadores. Los gladiadores
era un espectáculo agresivo de masas. Además, también
desde antiguo hemos observado una fuerte conciencia de grupo, caracterizada
por las similitudes y puntos en común. Dentro de estos grupos, cada
persona se siente fuertemente unida a él. Como consecuencia, si en
un lugar hay mucha gente concentrada y se produce una emergencia, las posibilidades
de desastre aumentan considerablemente.
Vamos a repasar los diversos aspectos tratados por los autores:
a. Acontecimientos extraños.
A menudo, pensamos en los grandes desastres como importantes desde un mismo
principio, sin considerar que no es así. Por ejemplo, que una persona
se caiga en la calle es, dentro de unos límites, una cosa normal y
hasta cotidiana. Sin embargo, si una persona se cae en el transcurso de una
huida precipitada en busca de una salida de emergencia, puede resultar un
verdadero desastre. Las masas, por ellas mismas implican una cierta sensación
de desastre. Un acontecimiento insignificante puede acabar en un hecho terrible
y devastador.
b. El peso de los números.
En el estadio de Heysel, 39 hinchas resultaron asfixiados o aplastados en
la multitud huyendo de los aficionados del Liverpool. Cuando las masas reaccionan
ante algo es muy difícil que cambien, debido a su magnitud. Se produce
una falta de comunicación entre los de delante (los que encabezan la
masa) y los de detrás (el centro y final de la masa). Esto produce
un efecto en cadena que resulta letal.
c. El movimiento.
Cuando se da la voz de alarma y la masa se precipita hacia las salidas, el
movimiento podemos equipararlo al de un soldado, es decir, se mueve de forma
libre y unidireccional. Los pasillos se prestan a ello. Los sitios tienen
que tener un manejo adecuado de la multitud. Las emergencias, por pequeñas
que sean, son las que demuestran si las instalaciones son adecuadas. Además
sería aconsejable fuerte presencia policial y concienciación
de los posibles peligros por los desastres que pueden presentarse.
Pero, subrayan los autores, no estamos hablando de la típica parafernalia
a la que nos tienen acostumbrados políticos y prensa. En Inglaterra
las instalaciones deben pasar una inspección técnica obligatoria
basada en la ley. Pero, lo que resulta realmente sorprendente e indignante
es que la legislación cambia cada vez que ocurre un desastre (los autores
estiman este cambio en aproximadamente una vez cada 10 años), mientras
que las instalaciones están continuamente remodelándose. Por
ejemplo, desde los años 30 se venían proponiendo reformas para
la prohibición de alcohol en los estadios. Sólo hasta Heysel
no se logró. Y es que en la mayoría de los casos, la inercia
lleva a no cambiar las reglas, sobre todo hasta que alguien demuestre que
ha habido heridos. La empresa Scicon 40 elaboró un detallado estudio
que, posteriormente se ha tachado de ser erróneo y tener carencias,
pero, a pesar de esto, no se le han hecho cambios sustanciales.
Aquí estamos ante un conflicto de intereses y se demuestra un desconocimiento
de lo que es más conveniente. Así, la ley defiende cada vez
más las medidas de seguridad, pero a la vez se ponen más barreras
y otras formas mecánicas de impedimento. Es más, en teoría,
el número de gente que puede entrar en un campo de fútbol se
debería calcular en base a la cantidad de personas que pueden salir
del estadio en dos minutos y medio. Pero, es muy difícil poner números,
ya que la gente no se mueve en líneas, se mueve a diferente velocidad,
y durante una salida por emergencia, la gente no se pega a los muros, lo que
reduce considerablemente la anchura y la capacidad total de los pasillos.
Otro aspecto más, aunque haya salidas y estén racionalmente
contadas, las masas no tienen un comportamiento consciente del peligro durante
una emergencia. De forma que, tienden a irse por las salidas que conocen,
o por las que les lleva a una dirección que les conviene. Es muy curioso
que incluso hay tendencias o preferencias que se acentúan por la situación
de desastre. Así, se prefiere el lado derecho de la escalera o pasillo,
y se prefiere una salida conocida aunque esté abarrotada.
Un momento decisivo dentro del desastre es el del reconocimiento del mismo.
De manera que la pérdida de tiempo aquí puede resultar irrecuperable.
Cuando nos damos cuenta de la gravedad del asunto, la situación se
hace crítica, ya que todo el mundo quiere salir a la vez, y todo esto
en cuestión de minutos. El tiempo que se planea para que la gente salga
es de dos minutos y medio. Pero mientras que se detecta la emergencia y se
reacciona, este tiempo es mínimo. De aquí obtenemos la conclusión
de que son más importantes factores como:
1. La rápida comunicación entre los agentes.
2. Reconocer de manera inmediata el alcance del peligro.
3. Tener planes específicos para accidentes potenciales.
Desgraciadamente, en la época en la que vivimos, se le da más
importancia a la técnica y a los despliegues electrónicos que
comercialmente son interesantes que a los soluciones propuestas por las ciencias
sociales.
En el capítulo quinto repasa la historia de la violencia en el fútbol.
Se cree que el problema es actual, pero ya desde Roma y la época justiniana
tenemos antecedentes de desastres. En cuanto al fútbol en Inglaterra,
los autores citan tres antecedentes históricos:
1. En 1655, se jugaban partidos aunque estaba prohibido.
2. En 1890, en un partido del Blackburn contra el Bumley un árbitro
resultó gravemente herido.
3. En 1909, en Hampden Park, 6000 espectadores arrojaron cosas al campo hiriendo
a jugadores y árbitro.
Pero, en líneas generales lo que los autores afirman es que los hooligans
son sólo uno de los problemas de la violencia y de los desastres en
el fútbol. Además, el entorno no sólo físico sino
social, también juega un papel muy importante. Y, no hay una solución
única y concreta para este tipo de situaciones, por lo que se hace
mucho más difícil evitarlos.
En este último capítulo,
los autores hacen una recopilación razonada y resumida de los otros
cinco, dando hipotéticas soluciones para las situaciones críticas
basadas en sus investigaciones. Nos habla además de la política
renovadora que se está llevando a cabo en los clubes ingleses para
atajar toda una marea negra de desastres y accidentes. Y es que en verdad
los aficionados ingleses son los que tienen la peor reputación dentro
de los campos de fútbol, por su fanatismo y por su desprecio hacia
los demás rivales. De hecho, más recientemente que este libro,
los clubes ingleses han mejorado sus infraestructuras en gran medida, en parte
debido a que el campeonato de la Copa de Europa de 1996 se celebró
en este país. Unas mejoras que pueden significar un paso adelante en
la planificación y prevención de este tipo de emergencias.
3. El vandalismo en el fútbol:
una lectura en castellano
El libro de Javier Durán González sobre El vandalismo en el
fútbol está estructurado en diez capítulos en donde se
pasa revista a los conceptos latentes al vandalismo, como la violencia o la
agresividad, hasta el papel que deben desempeñar las políticas
y los poderes públicos.
El conocimiento del deporte en cualquiera de sus manifestaciones debe servir
para conocer mejor el funcionamiento social: Podemos observar cómo
la violencia física a lo largo de las décadas ha ido disminuyendo
en nuestro espacio social sintiendo cada vez más aversión a
este tipo de manifestaciones, sin embargo el clima de crispación y
agresión contenida es cada vez mayor en la vida moderna.
Cuando el árbitro pita el domingo el final del partido tan sólo
concluye la lucha deportiva, comenzando un espectáculo de conflicto:
luchas televisivas por las audiencias, polémicas arbitrales, amenazas
entre jugadores y presidentes de clubes y otros ingredientes que preparan
el clima del próximo partido. Todo esto explica cómo el vandalismo
en el fútbol es más que la expresión violenta de unos
cuantos, es un entramado de intereses que implican a varios sectores como
hinchas, clubes, medios de comunicación y poderes públicos.
Violencia agresividad social y
deporte
Numerosos estudios demuestran que con el paso del tiempo los límites
de agresión en el deporte se han ido acotando al igual que ha pasado
en el entramado social, pero esto no significa que la violencia haya desaparecido
sino que se ha transformado, por eso para entender el sentido y el significado
actual de la violencia es necesario reubicarla en el contexto histórico.
Es cierto que la violencia física ha disminuido en el interior de los
estados modernos, pero como ya hemos apuntado, es mayor el nivel de crispación
social, la civilización ha traído una serie de restricciones
para evitar los excesos pero no sólo respecto a la violencia sino también
frente al placer y la desigualdad, lo que ha hecho "sustituir la agresión
por una violencia mucho más sutil", conocida como la violencia
de la pacificación, de la neutralización, del control, una violencia
que ataca a la violencia y a la que no se puede responder con otra violencia
igual sino sólo con el odio.
Otros autores señalan el gran desfase entre aspiraciones y realidad
presente en una sociedad de naturaleza competitiva y consumista como fuente
de frustración. Son muchos los investigadores que argumentan que es
éste clima de crispación y tensión social lo que abría
que combatir más que las puntuales y esporádicas expresiones
de violencia que logran colapsar la vida diaria.
El fútbol es un claro reflejo de esta evolución, siendo cada
vez más efectivo sobre los comportamientos de violencia física
tanto en el campo como las gradas pero modelo de conflicto social permanente
a través de los medios de comunicación que potencian el conflicto
y la agresividad social haciendo formar parte a todo este entramado del "gran
espectáculo".
El vandalismo en el fútbol:
revisión crítica de los principales estudios
Existen tres corrientes diferentes en el estudio social del vandalismo en
el fútbol:
1. Teoría sociológica subcultural de Taylor (1971) y Clarke
(1973, 1978). Se trata de la primera teoría sociológica. Esta
línea de investigación pretende conocer los comportamientos
de los grupos violentos en el fútbol enmarcándolos en una perspectiva
social y cultural. Fue la primera en relacionar los comportamientos violentos
con las condiciones de vida de los jóvenes hinchas Taylor (1971) entiende
el vandalismo como un intento por parte de la clase obrera desfavorecida por
recobrar el control de un deporte que les pertenecía, siendo por lo
tanto el producto de la resistencia a la usurpación. Una de las mayores
aportaciones de Taylor ha sido el entendimiento de la importancia que tienen
para los miembros de las clases obreras desfavorecidas las competiciones deportivas
al volcar sus aspiraciones en ellas. La principal critica es la de relacionar
los actuales hechos vandálicos con las estructuras de futbolísticas
de hace cincuenta años. Por su parte Clarke (1973, 1978) considera
estos actos como la búsqueda de una identidad grupal propia y diferenciadora
que le proporcione sentido a la existencia de estos jóvenes. El nexo
de unión entre las posturas defendidas por Taylor y Clarke residen
en considerar estos hechos como un acto constestatario de un grupo social
perfectamente definido.
2. Psicología Social Etnogénica. Los autores que trabajan en
esta línea, han centrado sus esfuerzos en el conocimiento de la dinámica
social que tenían lugar en el seno de estos grupos violentos. Estos
grupos están jerarquizados (novicios, alborotadores, graduados). Uno
de los autores que trabaja en esta línea es Peter Marsch (1978), cuyo
concepto clave es el "aggro" (o comportamiento agresivo ritualizado).
Para éste la violencia es una expresión simbólica más
que real (Marsch, 1982). El individuo que no ha conseguido obtener estatus
e identidad en el mundo cotidiano acude al fútbol para crearse un prestigio
social y valía personal. Esta postura fue criticada cuando estos comportamientos
comenzaron a ser menos simbólicos y con más intención
de dañar.
3. Grupo de Leicester. Las dimensiones de su trabajo se basan en cuatro pilares:
los orígenes socio-históricos del fenómeno, las características
sociodemográficas de socialización y ocupacionales de estos
jóvenes, el papel de los medios de comunicación y su influencia
en el origen y consolidación del fenómeno y las iniciativas
políticas y deportivas adoptadas frente al problema y sus consecuencias.
Por lo que respecta a los orígenes socio-históricos del fenómeno,
los investigadores ingleses que conforman esta línea de trabajo, comienzan
a estudiar este área en un intento de vincular sus trabajos a los Elías
(1977) y llegan a plantearse si se encuentran ante un retroceso de la civilización
o ante un bloqueo temporal. Con respecto al segundo de los pilares, las características
sociodemográficas, ocupacionales y de socialización; esto autores
detectan que en general los jóvenes tienen una procedencia de sectores
desfavorecidos de la clase obrera, aunque con el paso del tiempo resulta más
difícil su inclusión en una categoría social. Además
consideran que los procesos de socialización se producen de forma inadecuada,
con una alta presencia de iguales en la calle y sin la supervisión
de los adultos, esto conlleva que los valores más prestigiados sean
los relativos a la violencia y hostilidad. Con respecto a los medios de comunicación,
se ha producido cambio en el tratamiento de este tipo de fenómenos.
Antes de la I Guerra Mundial, se les daba un tratamiento breve y riguroso.
Después a medida que decreció se le fue prestando menos atención
y después de los años cincuenta el panorama cambio totalmente
debido al tratamiento sensacionalista que le dio. La violencia se convirtió
en un negocio, el de vender más periódicos. Aunque la violencia
era criticada, se presentaban los estadios de fútbol como lugares peligrosos.
Esta imagen fue la que atrajo a los jóvenes que se habían socializado
en estos valores. Hay que señalar la importancia de los medios de comunicación
en la agilización de la iniciativas oficiales para paliar este problema.
En cuanto a las iniciativas políticas y deportivas adoptadas frente
al problema han sido casi exclusivamente de carácter policial. Además
las condenas oficiales sobre estos actos han funcionado a modo de refuerzo.
Hay una gran diferencia entre el vandalismo en Europa y el existente en Estados
Unidos, probablemente fruto de las diferencias en el entramado social que
hay entre ambas, siendo la violencia deportiva en Europa mucho más
organizada y planificada que la llevada acabo por pandillas que actúan
de igual modo en Estados Unidos (pero pandillas exclusivamente callejeras,
no deportivas).
Actualmente existen organismos y convenios reguladores en la unión
europea con el fin de reducir la violencia de los espectadores en los eventos
deportivos, fruto de numerosas investigaciones llevadas a cabo con el fin
de que no se repitan hechos como los ocurridos en el estadio Heysel de Bruselas.
Una nueva interpretación
del vandalismo en el fútbol
Estudios como el de Konrad Lorenz, describen que el instinto agresivo animal
ha pasado a formar parte de la naturaleza del hombre, pero también
evidencian que en él se sustentan los procesos de individualización
y las formas más complejas de relación social. Pese a la interdependencia
existente entre agresividad y cooperación los científicos frecuentemente
han disociado su estudio.
El fenómeno de las hinchadas radicales en el fútbol sólo
puede entenderse interpretando dicho fenómeno como un entramado de
intereses interdependientes por parte de distintos grupos sociales en el marco
de un proceso civilizador general con un mayor grado de sensibilidad ante
las manifestaciones de violencia física, pero potenciador de una enorme
conflictividad y agresividad social latente. Hay cuatro elementos esenciales
implicados en este fenómeno: los hinchas radicales, los clubes deportivos,
los medios de comunicación y los poderes públicos.
El vandalismo en el fútbol
de España
La mayor parte de los grupos hinchas radicales derivan de ciertas peñas
futbolísticas de corte tradicional debido a diferentes factores como
son el corte generacional. El afán de los jóvenes por llamar
la atención les hace separarse del resto de colectivos y apoderarse
de las zonas mas visibles del estadio como los "fondos".
Tras la enorme "publicidad" de los hooligans, comienza a verse en
España grupos como los Ultras Sur y Boixos Nois que, por efecto mimético,
y debido a la presencia de los mismos en los medios de comunicación,
que continuamente narran sus hazañas, se extienden hasta convertirse
en un problema social y político a partir de la tragedia de Heysel.
Datos estadísticos señalan que la movilización de los
hinchas por jornada supera las seis mil personas, de los cuales 92% pertenecen
a grupos locales y el 8% a visitantes, siendo el 82% de primera división
y el 18% restante de segunda. Estas cifras se duplican en una jornada de máxima
movilización como podría ser un partido Real Madrid-Atlético
de Madrid.
Los grupos de hinchas son cada
vez más heterogéneos, fragmentados y tienen menos cohesión
interna. El perfil sociológico del hincha radical en España
sería el de un varón, de unos veinte años que asiste
a los partidos en pandilla, lo que hace que el fenómeno de la hinchada
radical en el fútbol sea una nueva versión del gamberrismo y
pandillismo en torno a un espectáculo que les garantiza enorme repercusión
social y una dosis semanal de emociones y riesgos controlados.
Estos jóvenes ven en esas
pandillas unas "familias alternativas" donde encuentran la protección,
atención, reconocimiento e incluso amor del que han carecido en su
infancia. El entorno familiar en el que el niño nace y crece es extraordinariamente
importante para el ser humano ya que es en la familia donde aprendemos a relacionarnos
con nosotros mismos y con los demás. Esta es la razón de la
inseguridad de las víctimas de malos tratos. Fruto del propio odio
y resentimiento que experimentan los vándalos contra sí mismos
y contra lo que les rodea, incapaces de sentir empatía, suplen todas
sus carencias con la notoriedad social que adquieren a través de sus
conductas violentas en el contexto futbolístico.
Las nuevas formas de violencia
que se están detectando se caracterizan por su progresivo alejamiento
del terreno de juego, la pérdida progresiva de su significación
deportiva y la aparición de evidentes elementos de racionalidad y planificación
El capítulo sexto refleja
el aumento del racismo y la xenofobia en los últimos años producido
por la creciente inmigración a nuestro país. Pero sin duda las
víctimas de este prejuicio no son solamente los inmigrantes sino que
esta actitud hostil se dirige hacia los vagabundos, jóvenes de pelo
largo, travestidos y una larga lista de víctimas que nos revelan que
el racismo no es ajeno a nadie.
Centrándose en el ámbito
deportivo, se demuestra que el fútbol profesional es un lugar especialmente
propicio para exhibir conductas racistas. En España, los primeros grupos
de hinchas radicales datan de 198717 y a partir de esta fecha, se han producido
numerosos incidentes en nuestro campos de fútbol.
La interpretación sociológica de estos movimientos racistas
dejan ver como la influencia de ciertos grupos antisociales hacen que jóvenes
desorientados encuentren su identidad y le ofrecen un cierto poder que les
resulta sumamente atractivo. Todo esto unido además a los sentimientos
de identificación con unos colores, convierten a ese joven en un ser
potencialmente muy peligroso.
El capítulo séptimo
da muestra del interrelacionismo entre grupos de hinchas radicales y clubes
obteniendo un beneficio recíproco. Por un lado, beneficio del club
que utiliza a estos grupos como coacción a los contrarios y a los árbitros
y como un apoyo incondicional al club. Y por otro lado, el apoyo que reciben
los grupos radicales de los clubes, dotándoles de gradas especiales,
financiación de entradas y múltiples privilegios .Esta colaboración
con los radicales son evidentemente negadas por los directivos, jugadores
e incluso empresas cuando los incidentes agresivos se producen, alegando que
“ son hechos al margen del fútbol”.
Por otra parte, también hay entrenadores, como Valdano y Cappa, y jugadores,
que denuncian esta situación aunque ello no les facilite precisamente
su continuación en el club. Son sin duda un ejemplo a seguir y constituyen
una fuente de influencia para erradicar estos incidentes violentos del ámbito
deportivo y sembrar valores como la tolerancia y la solidaridad.
El capítulo octavo explica
la importancia que los medios de comunicación conceden a la violencia.
Esta importancia es sin duda un reflejo de aquello que la sociedad solicita
y consume porque les produce una gran fascinación.
Pero la cuestión más interesante de estudio es analizar la repercusión
de esta violencia ficticia en la creación de actitudes y conductas
agresivas. Son numerosas las investigaciones en esta línea y parecen
apuntar a determinadas variables que influyen en la creación de actitudes
violentas:
• La edad del consumidor
• La predisposición hacia la violencia
• La duración del efecto.
Podría pensarse que los actos violentos ocurridos en el contexto futbolístico
se han multiplicado hasta llegar a generalizarse, sin embargo este crecimiento
no es tan significativo si consideramos el incremento de partidos, espectadores
y jugadores en los últimos años. Las alarma social creada respecto
a este tema no es sino producto de los medios de comunicación que convierten
a la violencia en el protagonista indiscutible de sus noticias. La espectacularidad
y el sensacionalismo que caracterizan a estas noticias producen que estos
jóvenes violentos se sientan protagonistas del problema social, incitando
con ello a actuar de la misma forma y garantizando con ello la atención
social que buscan.
El capítulo noveno explica
el enorme entramado de intereses económicos y comerciales que rodean
al mundo del fútbol profesional que se sustentan en los valores más
arraigados de nuestra sociedad y que justifican la violencia. Estos valores
son tres según Rojas Marcos (1995):
• Culto al macho agresivo
• Exaltación de la competitividad como forma de entender la vida
donde los fuertes sobreviven y los débiles perecen.
• El principio de minusvalorar a los otros diferentes.
La intervención de los poderes públicos ha actuado de modo urgente
y superficial para solucionar esa alarma colectiva, sin diseñar políticas
del intervención global y rigurosa. Esta forma de actuación
se denomina “error fundamental”, es decir, se adopta como regla
general las medidas de carácter coercitivo, ignorando aquellas intervenciones
preventivas o educativas que incidirían en la solución del problema
a largo plazo. Estas intervenciones educativas tratan de ofrecer mayor protagonismo
a aquellos aficionados pacifistas que se interesan por el verdadero espectáculo,
el fútbol, y actuar con toda energía contra las minorías
radicales tomando medidas policiales y judiciales para su identificación
y desenmascaramiento.
A modo de conclusión, el
décimo capítulo comenta el mantenimiento de este vandalismo
en el fútbol por parte de clubes, poderes públicos y medios
de comunicación que velando por sus intereses no actúan de modo
efectivo para erradicar estos hechos.
Javier Durán (1996) publica
un articulo en la Revista de Psicología del Deporte, titulado "Deporte,
violencia y educación". En el que afirma la importancia de un
modelo educativo del deporte por encima del modelo de competición que
exalta el enfrentamiento entre ganadores y perdedores.
4. Un modelo psicosocial:
John Kerr, entre la Reversal Theory y el modelo de manipulación hedónico
Jhon Kerr (1994) en un novedoso estudio utiliza dos modelos distintos con
el fin de poder explicar y predecir los comportamientos violentos de los hooligans.
Utiliza la Reversal Theory (Teoría de la Inversión) de Apter
(1982, 1989), para poder explicar el fenómeno estudiado, y el Modelo
de Manipulación del Tono Hedónico de Brown (1991), para proponer
un modelo que además permita la intervención.
La Reversal Theory (Teoría
de la Inversión) de Apter (1982, 1989) contiene unos elementos centrales
en torno a la homeostasis y a la Bistability (biestabilidad) que permiten
su estructuración e interconexión: estados metamotivacionales,
'felt-arousal' (arousal sentido) y marcos protectores18.
• Estados metamotivacionales.
Con este concepto hace referencia a los estados mentales transitorios que
subyacen a las motivaciones específicas. Se distinguen dos estados
opuestos: télico y paratélico. En la tabla siguiente Apter resume
las características de ambos estados.
Otros dos estados
que Apter define son Negativismo vs. Conformidad. Estos dos estados los define
dentro del concepto de bistability. Estos estados están afectados por
los mismos factores que afectan a los estados télicos/paratélico
y que permiten cambiar de uno a otro: contingencia, frustración y saciación.
Además Negativismo/Conformidad afectan y modifican a los estados télicos/paratélico.
Así Apter distingue: conformidad télica, conformidad paratélica,
negativismo télico y negativismo parátelico. En los hooligans
existe una predominancia de los estados negativistas.
• 'felt-arousal' (Arousal
sentido) y tono hedónico. El capítulo cuarto está dedicado
a la biestabilidad y arousal. En este capítulo y en el anterior define
el 'felt-arousal' (Arousal sentido) como el grado en que una persona siente
que está excitado. En la Reversal Theory (Teoría de la Inversión)
de Apter (1982, 1989) el arousal sentido representa uno de los elementos centrales
en la motivación de la conducta de las personas.
• Marcos Protectores19.
En palabras de Javaloy (1996) serían las emociones negativas -ansiedad,
ira o miedo- que pueden ser interpretadas positivamente si se dan en un estado
paratélico. Esto permite explicar el disfrute de algunas personas cuando
hacen puenting o caída libre.
Keer (1994) intenta demostrar
que el hooligan busca la sensación inmediata y el placer, es decir
las sensaciones producidas por el sistema paratélico. En este sentido
cita dos trabajos, uno realizado por Apter (1992) y otro realizado por el
mismo (Kerr, 1994). En este trabajo Kerr analiza la categorización
realizada por Apter (1992) de las estrategias para obtener experiencias de
elevado arousal.
1. Estrategias del hincha. Estimulación
sensorial visual (banderas, bufandas, pancartas, serpentinas, bengalas, etc.),
ruidos de instrumentos sonoros (trompetas, tambores, matracas, silbatos) y
ambiente general de fiesta (cantos, palmadas rítmicas, atavío
llamativo)20.
2. Estrategias del hooligan. Kerr señala
la escolta policial, indumentaria que le distingue, arremeter contra los hooligans
contrarios, evitar a la policía y/o provocarla21.
Kerr (1994) concluye su trabajo realizando una propuesta basada en el modelo
de Manipulación del Tono Hedónico de Brown (1991). Según
este modelo las adiciones sean sustancias (drogas, alcohol, tabaco, etc.)
o conductas (juego, comida, trabajo, sexo) siguen el mismo decurso. De acuerdo
con esto, al comienzo, la persona vulnerable a la adición va mejorando
la calidad de su tono hedónico mientras va adquiriendo más compromisos
con la violencia. Su vida cotidiana se ve inundada por fantasías de
violencia. Esto incrementa de forma placentera su nivel de arousal. Poco a
poco participa cada vez más en acciones violentas y asume cada vez
mayores riesgos que le proporcionan más placer. Este proceso se estructura
en ciclos hasta alcanzar la adición. Cuando ha adquirido la adición
los períodos de tiempo de inactividad produce sindrome de abstinencia.
Etapas en el desarrollo del Hooliganismo (Javaloy, 1996,
p.100)
1. Predisposición personal. El sujeto es ineficaz al manipular su estado
de humor y arousal; poca tolerancia a los estados disfóricos.
2. Vulnerabilidad a la adicción. Baja autoestima, poca estimulación
u oportunidades en la vida : diaria para experimentar un arousal elevado;
el aburrimiento conduce al sujeto a un desajuste en los niveles de arousal.
3. Iniciación en la actividad hooligan. En un partido de fútbol,
la persona observa a los hooligans en acción o queda implicado accidentalmente
con ellos; descubre el carácter agradable de la experiencia de elevado
arousal.
4. Opción por el hooliganismo. Participa en algunos incidentes violentos;
experimenta un alivio en el desajuste de arousal y estados de humor disfóricos;
las interacciones con los hooligans constituyen una fuente importante de gratificación.
5. Saliencia creciente en la actividad hooligan. El comportamiento violento
del hooligan es constantemente reforzado a través de periódicas
confrontaciones violentas con la policía y hooligans de grupos rivales.
6. Ciclos o episodios repetidos de actividad. La persona está en camino
de convertirse en un superhooligan; planifica viajes siguiendo al club y asiste
a partidos internacionales donde la implicación se va convirtiendo
cada vez en mas violenta.
7. Establecimiento de adición. Consigue alto estatus en grupo de hooligans,
planifica toda su vida en torno al hooliganismo; lidera el combate como miembro
de la banda de hooligans; ahora es plenamente adicto a la violencia del fútbol.
5. Un estudio
del comportamiento colectivo: los trabajos de Federico Javaloy
Federico Javaloy es profesor en el Departamento de Psicología Social
de la Universidad de Barcelona. Es un estudioso del comportamiento colectivo.
Ha publicado diversos trabajos sobre el tema (Javaloy, 1987, 1989, 1996; Javaloy
y Franquesa, 1986).
En el trabajo de Javaloy (1989)
comienza relatando escuetamente la tragedia del estadio Heysel de Bruselas.
Destaca dos conclusiones del estudio realizado a raíz de este desastre,
por un lado, la importancia del estudio del comportamiento colectivo en el
deporte (y en el espectáculo deportivo) y, por otro, la importancia
del papel del psicólogo social en esta área. Destaca además
el interés que puede tener para el psicólogo social el estudio
del comportamiento colectivo en el deporte: identificación con el grupo
de referencia, verificación de hipótesis sobre la agresión,
estudio de las relaciones intergrupales, el hacinamiento en condiciones de
excitación emocional, compresión de las tensiones de la estructura
social que afloran en la multitud deportiva.
En este trabajo Javaloy (1989)
se queja de la escasez de trabajos en esta área, aunque menciona un
trabajo temprano de Hastrof y Cantril (1954) y un aumento de los trabajos
en Estados Unidos e Inglaterra. Además señala el incremento
en las investigaciones en esta área en los últimos diez años
con el auge de la sociología y la psicología del deporte. Hace
referencia a los trabajos de Goldstein (1979, 1983); Lüschen y Sage (1981);
Lüschen y Weiss (1979); Dunning (1976); Mann y Taylor (1969); Marsh,
Rosser y Harre (1978) así como los trabajos de los españoles
García Ferrando (1985) o Garrido (1985). Y además afirma que
"existen significativas diferencias en cuanto al tipo de público
que atraen distintos deportes" (p.28).
En este trabajo (Javaloy, 1989),
describe, seguidamente, a la multitud deportiva. Señala que aunque
se advierten los rasgos de la multitud señalados por Munné (1974),
están muy relativizados, y señala:
1. Comparte un interés común, ver el partido
2. Pero con actitudes contrarias (pertenecen a dos equipos contrarios)
3. Carecen de organización pero mantienen un orden formal en las gradas.
4. Los participantes son anónimos
5. La fluidez es mínima
6. La multitud es anónima, carente de normas y desarrolla rituales
(esto permite su predecibilidad).
La clasificación que utiliza de las masas es la propuesta por Brown
(1954). Este autor dividió a las masas en activas y pasivas, a las
activas las denomino turbas y a las pasivas, audiencias o públicos.
Las turbas o multitudes se clasifican en:
Turba o multitud adquisitiva. Es la que se polariza
hacia un objeto que desea intensamente. En el fútbol se pueden distinguir
dos tipos: los que hacen cola para adquirir las localidades y la que se agolpa
a la puerta del estadio. Mann (1970, 1977) observó que los participantes
en las colas (grupos de amigos o familiares) "desarrollaban una conducta
altamente ordenada y cooperativa, creándose un fuerte sentimiento de
comunidad del que emergían normas comunes" (p.30). Sin embargo
la multitud que intenta entrar en el estadio ha sido protagonista de trágicos
acontecimientos cuando ha visto amenazada la posibilidad de entrar. Javaloy
señala el caso de Bukun en el Congo (06/10/1969) con 27 fallecidos
y más de un centenar de heridos y en el Cairo (19/02/1974) con 49 fallecidos
y numerosos heridos.
Turba o multitud evasiva. Aparece cuando se produce
una amenaza o peligro y la posibilidad de escapar es restringida debido a
escasez o estrechez. Esta multitud tiene un movimiento centrifugo (evitan
el lugar del peligro) y centrípeto (convergen hacia el punto de salida).
Este tipo de incidentes se ha producido en América Latina y Europa.
En América Latina señala las tragedias de Lima (24/05/1964)
con más de 300 fallecidos, Buenos Aires (23/06/1968) con 71 muertos
y 130 heridos, Salvador en Brasil (06/03/1971) con 3 muertos y 800 heridos.
En Europa señala la tragedia del estadio de Bradford (Inglaterra) con
53 muertos y 300 heridos. Señala que no se produce conducta de pánico
hasta que cierto numero de personas intentan salir de forma desordenada, normalmente
los que están más alejados de las salidas.
Turba o multitud expresiva. Esta es la multitud
que mejor caracteriza al público que asiste a los espectáculos
deportivos. Esta multitud está poco estudiada. Las conductas de esta
multitud tienen un carácter catártico propia de las actividades
de tiempo libre. Se han estudiado estas multitudes a través de sus
cánticos y se han encontrado dos tipos de tema: ingroup y outgroup.
Javaloy además señala que la capacidad para estimular emociones
reside en la capacidad simbólica del espectáculo deportivo:
simbolismo de caza o de batalla según Desmond Morris (1982). También
señala de acuerdo con los trabajos de Mann (1977) que las experiencias
de victoria o de derrota se pueden manifestar como una extrema excitación
que conduce a la pérdida de autocontrol y a un comportamiento desinhibido
e irracional.
Turba o multitud agresiva. Es tipo de multitud
ofrece la posibilidad de poner a prueba algunas de las teorías de la
agresión. Este tipo de conducta puede ser el resultado de una situación
percibida como injusta. Este es el caso de la tragedia en un estadio de fútbol
en Honduras en marzo de 1974 o de la acontecida en el partido Perú-Argentina
(mayo, 1964) con 318 muertos y 500 heridos.
Javaloy señala que el deporte
también puede ser la plataforma adecuada donde expresar situaciones
o protestas políticas o diversos tipos de reivindicaciones. No obstante
señala que la violencia no tiende a producirse por igual en todos los
deportes. Se genera más violencia en deportes de equipo, y especialmente
en aquellos que son intrínsecamente más rudos, actuando como
modelo para el público.
Javaloy a continuación
señala las dimensiones de la multitud en el estadio, considera que
básicamente son cuatro: el tamaño de la multitud (muy relacionado
con otras variables), la ecología, la composición y la comunicación.
En otro apartado Javaloy pasa revista a las principales teorías que
explican este fenómeno:
1. Teoría del contagio. Formulada en principio
por Le Bon, que propone tres mecanismos de transmisión: el contagio
mental (fenómeno de tipo hipnótico), la sugestibilidad (que
convierte a la multitud en autómata y acrítica) y el anonimato
(la persona cambia la conducta al no sentirse identificada). Esta teoría
permite explicar una amplia variedad de comportamientos sobre todo las de
carácter expresivo y agresivo. A esto han contribuido el modelo de
reacción circular (Blumer 1946), el modelo de imitación (Wheler,
1966) y el modelo de desindividuación (Zimbardo, 1970). Este último
modelo considera tres condiciones en su desarrollo: anonimato, fusión
con el grupo y activación generalizada.
2. Teoría de la convergencia. Esta perspectiva
centra su atención en la composición de la multitud sobre la
base de que en esta convergen un cierto número de individuos que comparten
las mismas predisposiciones o tendencias latentes. El individuo, más
que transformarse en la multitud, como sostiene la teoría del contagio,
lo que hace es manifestar su verdadero yo. Esto se puede observar en los estadios
los hinchas del mismo equipo tienen tendencia a colocarse juntos y liberan
sus propias tendencias y deseos. Esta teoría da apoyo a la hipótesis
de la frustración agresión de Dollar et al. (1939).
3. Teoría de la norma emergente. Turner
(1964) y Turner y Killian (1987) proponen que la interacción entre
el individuo y la multitud tiende a generar una norma de conducta, una definición
de la situación y de la conducta que se considera apropiada. Este tipo
de conducta se produce con la turba o multitud adquisitiva. Este tipo de conducta
contradice el estereotipo popular de la multitud como desordenada y caótica
(Mann 1970, 1977). Javaloy señala que la actividad provocadora de los
hooligans obedece a una planificación y a unas normas y rituales. La
multitud no es automática ni acrítica y sólo responde
si se halla excitada y la acción sugerida es conforme a sus impulsos
y predisposiciones. La escasa incidencia de hechos violentos avala esta teoría.
4. Teoría del valor añadido. Es
una noción económica provista de seis determinantes que secuencialmente
permiten ir añadiendo valor a los anteriores: conductividad estructural
(condiciones de la estructura social que favorecen determinado tipo de comportamiento
colectivo), tensión estructural (que brota de los conflictos existentes),
surgimiento de una creencia generalizada (que atribuye a un determinado objeto
la fuente de la tensión), factor desencadenante (que dispara la tensión
latente), movilización de los participantes para la acción (aparición
del comportamiento colectivo). Esto se ha podido apreciar en la Guerra del
Fútbol entre El Salvador y Honduras de 1969 ya que la rivalidad futbolística
reflejaba las tensiones y agravios mutuos de hace años.
5. Enfoque recompensas-costos. Este enfoque considera
que el individuo toma decisiones en situaciones colectivas como en cualquier
otro contexto. Jugadores y espectadores están motivados por el afán
de victoria y cuando esta se halla en peligro tienden a forzar la situación
para conseguirla a cualquier coste.
El excelente trabajo de Javaloy (1996) sobre hinchas violentos y excitación
emocional ha sido comentado al hilo del modelo de Kerr (1994). En él,
como ya ha quedado reseñado se señalan las carencias que ha
juicio de Javaloy tiene el modelo de Kerr.
Conclusión
En este breve trabajo no hemos pretendido ser exhaustivos con respecto a la
bibliografía publicada sobre la violencia en el fútbol. Somos
conscientes de haber podido reseñar más bibliografía,
pero hemos optado por incluir las que a nuestro juicio pueden ser exponentes
importantes en este tema.
Todos los trabajos revisados se caracterizan por la descripción de
los hechos o los datos. Unicamente el trabajo de Kerr (1994) reseñado
por Javaloy (1996) hace un ejercicio de predicción y explicación.
Consideramos de gran interés este trabajo, al considerar modelos y
teorías anteriores en la construcción de una explicación
Notas
1. "Las explicaciones ofrecidas como leyes tienen una relativa adecuación
al objeto si se refieren a fenómenos de estructura débil y evolución
lenta tales como los gases, pero no la tienen cuando se aplican a fenómenos
de más alta estructuración y que evolucionan rápidamente,
tales como los organismos y las sociedades" (Dunning, 1986, p.19).
2. Norbert Elias (1977) tiene otro estudio en el capítulo segundo (La
civilización como transformación específica del comportamiento
humano) en el libro Über den Process der Zivilisation Sociogenetische
und psycho genetische Untersuchungen (El proceso de la civilización.
Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas), titulado "Las
transformaciones de la agresividad" (pp. 229-242)
3. A lo largo de este estudio Norbert Elias cita repetidamente el texto donde
aparece esta cita. La cita pertenece al libro de Peter Beckford titulado Thoughts
on Hare Foxhunting (Reflexiones sobre la caza de liebres y zorros) que fue
publicado en Londres en 1796.
4. P. Marsch (1979). Aggro: the illusion of Violence. Londres.
5. Esta idea aparece en el libro de A. Yiannakis, T.D. McIntyre, M.J. Melnik
y D.P. Hart (comps.) (1976). Sport Sociology: Contemporary Themes. Dubuque,
Iowa.
6. Dunning escribe una nota a pie de página que dice: "G. Owen,
The Description of Pembrokeshire, en H. Owed (comp.), Cymmrodorion Society
Research Series, núm. 1, 1892, págs. 270-282. Este trabajo fue
publicado por primera vez en 1603."
7. El término aggro es utilizado por Peter Marsch en 1979 su libro
Aggro: the illusion of Violence publicado en Londres. Pero en este contexto,
es un término del argot de las bandas juveniles, que deriva de aggravation,
cuyo significado es conducta agresiva con todo lo que esto significa: irritar,
exasperar, provocar y vejar.
8. Esta entrevista aparece en el trabajo de Paul Harrison (1974). Soccer's
Tribal Wars. New Society, 29, 604. La entrevista es realizada por el mismo
Paul Harrison a un tal "Frank", conductor de camión de 26
años y declarado "hincha fanático y violento de fútbol".
9. Este dato es concordante con las conclusiones de Donald Macintyre, reportero
de la BBC, que grabó en 1998 un reportaje titulado Macintyre Undercover
(Macintyre Infiltrado) que proyecto Canal+ con el título "Hooligans
al descubierto" y que aparecerá en una nota a pie de página
posterior.
10. Ian Taylor (1971). Football Mad: a Speculative Sociology of Football Hooliganism.
In Eric Dunning (comp.), The Sociology of Sport a Selection of Readings (pp.352-357).
London. Invita a consultar Ian Taylor (1971). Soccer Consciouness and Soccer
Hooliganism. In Stan Cohen (comp.), Images of Deviance (pp.134-164). Harmondsworth.
11. John Clarke (1978). Football and Working-Class Fans: Tradition and Change.
In Roger Ingham (comp.), Football Hooliganism: the Wider Context (pp.37-60).
London.
12. Eugene Trivizas (1980). Offences and Offeders in Football Crowd Disorders.
British Journal of Criminology, 20(3), 282-284.
13. Gerald Suttles (1968). The Social Order of the Slum: Ethnicdity and Territory
in the Inner City y Gerald Suttles (1972). The Social Construction of Communities.
14. E.E. Evans-Pritchard (1940). The Nuer. Oxford, este propone un "sistema
de linaje segmentario" que vendría a engrosar la arquitectura
teórica de Suttles y su segmentación ordenada
15. Estas alianzas ad hoc se regirían por los siguientes principios:
el amigo de un amigo es un amigo; el enemigo de un enemigo es un amigo; el
amigo de un enemigo es un enemigo y el enemigo de un amigo es un enemigo
16. La definición de Hooligan del Oxford Dictionary es "persona
joven alborotadora y ruidosa que a menudo se comporta de forma violenta y
destructiva; joven gamberro o rufián". Duran (1996) prefiere utilizar
la palabra vándalo o vandalismo. Donald Macintyre, reportero de la
BBC, grabó en 1998 un reportaje titulado Macintyre Undercover (Macintyre
Infiltrado) que proyecto Canal+ con el título "Hooligans al descubierto".
En este reportaje Macintyre pretende estudiar el hooliganismo. Descubre que
gran parte de la violencia del fútbol inglés está provocada
por una minoría que pertenecen a pequeñas bandas aficionadas
al fútbol. Macintyre estudia una de las bandas denominada "Los
cazacabezas de Chelsea" (entre estos se encuentran Andrew Frain alias
"Pesadilla", Jason Marriner, Vicent Drake, David e Ian Ronald Sim,
Anthony Covele, Mark Alleway, Terry Last, Lee Pookter, Gary Alleyway, Lee
Holloway, Stuart Glass y Dereck Kilti). Descubre la conexión con la
ultraderecha a través del saludo nazi que utilizan en las algaradas.
Este grupo de cazacabezas está relacionado con el grupo ultraderechista
"Combat 18 (C18)”. En algunos de los ataques relacionados a personas
y establecimientos se encontraron "tarjetas de visita" que decían:
"Visita de los cazacabezas del Chelsea, Combat 18". El odio y la
violencia son su forma y filosofía de vida. Esto queda reflejado en
una de las escenas del video donde se puede ver uno de los tatuajes de Jason
Marriner que dice: "Cuando somos buenos nadie nos recuerda, cuando somos
malos nadie nos olvida". Muchos de los aspectos recogidos en este vídeo
coinciden con lo señalado en el trabajo de Javaloy (1996).
17. Javaloy (1996) considera que los efectos del hooliganismo llegan a España
en la década de 1980 con grupos como boixos nois o ultra sur
18. Javaloy (1996) lleva a cabo una profunda e interesante revisión
de este trabajo. Los trabajos de este autor serán abordados en el epígrafe
4.
19. Apter (1982) señala que el concepto de marco (frame) es introducido
por Bateson (1973) y elaborado por Goffman (1975)
20. En este punto Javaloy (1996) señala las carencias del modelo de
Kerr en relación a las condiciones sociales del espectador, tanto las
previas como durante. Javaloy señala entre otras, la facilitación
social, el crowding o la ingesta de alcohol.
21. Javaloy (1996) vuelve a señalar algunas carencias como el consumo
de armas y el consumo de alcohol.
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