Quinta
Sección
Índice de
contenidos
15- Fútbol, política
y sociedad. (Andrés Morales)
15-
Fútbol, política y sociedad
Andrés Morales
moralesa@adinet.com.uy
Profesor de Historia.
Docente de Enseñanza Secundaria y Universitaria
Especializaciones en Antropología del Deporte y
Problemas de investigación en Historia Universal y Uruguay
1/1 Introducción
"Desde la familiaridad acrítica, desde el no interrogarse, por
ejemplo por el fútbol, la prensa, el consumo, el sexo, la apariencia
se identifica con lo real y lo esencial suele quedar oculto". Enrique
Pichon-Riviére.
La elección de este proyecto forma parte de una constante labor por
parte del autor que es transformar al deporte en objeto de estudio de las
ciencias sociales, buscando que la producción de conocimiento que se
haga en torno al mismo entre en el terreno de lo académico. Las relaciones
entre el fútbol, la política y la sociedad en el Uruguay es
un campo todavía increíblemente no explorado. Para la historia,
que es desde la disciplina que provengo, se tienen que abrir nuevos horizontes,
no sólo en la investigación si no también en la enseñanza
de la misma en las aulas. Es con este ánimo que realizo este artículo,
fundamentalmente con la necesidad de divulgar a mis colegas todo lo fértil
que es la producción en otros lados. Es así que se estudiará
la relación existente entre el partido colorado, el partido nacional,
las izquierdas, y el ejército con el fútbol, relación
mediada por los medios de comunicación.
El reciente congreso internacional del grupo de trabajo "Deporte y Sociedad"
de CLACSO, denominado "fútbol, globalización y medios de
comunicación" realizado el 16 y 17 de mayo en la Universidad Católica,
ha permitido al grupo interdisciplinario que trabaja en Uruguay poder realizar
trabajos en red con investigadores de los diferentes países latinoamericanos
participantes. En los últimos años se ha empezado a publicar
las ponencias de los diferentes investigadores, realizando libros de carácter
colectivo y donde se ve la visión que se tiene sobre el tema desde
cada país. Esta producción académica se suma, a la ya
vastísima producción europea. En Europa, concretamente en Francia
e Inglaterra, ya llevan más de veinte años los estudios del
deporte desde el punto de vista sociológico, antropológico e
histórico.
Es desde la interdisciplinariedad desde donde se pretende abordar las diferentes
visiones del tema. Es por ello que desde la historia nos apoyamos en la sociología
y en la antropología, utilizando la metodología de estas diferentes
áreas del conocimiento humano. El clásico trabajo en archivos
propio de la historia se hibridiza con el método etnográfico
en donde a través de la búsqueda de informantes y la observación
se participa en el trabajo de campo. Lo mismo puede decirse del marco conceptual
y epistemológico. Hoy se diluyen las fronteras y las líneas
rígidas y dominantes dejan lugar a las blandas y heteróclitas.
Este trabajo intenta reivindicar la llamada "historia antropológica",
en donde se experimenta un redescubrimiento de la importancia de los símbolos
en la historia. El descubrimiento de las posibilidades que da la lectura simbólica
del juego, vino primero a través de los trabajos de Johan Huizinga.
Pero el verdadero acercamiento a una lectura profunda del juego nos la dio
el estudio de Clifford Geertz sobre la riña de gallos en Balí.
En 1959 este antropólogo realizaba un trabajo de campo Balí.
En un comienzo se siente que lo ignoran y no logra introducirse en la sociedad
balinesa. Pero todo cambia cuando el investigador se dirige a una gallera
a presenciar la riña de gallos. Cuando viene la policía se escapa
Geertz con sus futuros "informantes". El trabajo etnográfico
se abre a través de esta experiencia. La riña es una lucha puramente
simbólica que permite leer la sociedad balinesa. Atrás del triunfo
del gallo campeón se disputa el estatus, la jerarquía y los
roles sociales. Todo esto nos muestra que este tipo de prácticas culturales
funcionan como textos que permiten leer el universo más amplio de lo
social. Este trabajo intentará mostrar justamente como a través
del fútbol se pueden leer una fuerte disputa por el poder en la sociedad.
Al elegir al deporte como objeto de estudio de las ciencias sociales, conlleva
implícito la "la invención de un campo" académicamente
nuevo. Esto lleva a que se generen problemas dentro y fuera de la academia.
Para explicar algo de esto, es importante echar mano de la "teoría
de los campos" basada en el habitus, del recientemente fallecido sociólogo
francés Pierre Bourdieu. Ante un mismo objeto de estudio como es el
fútbol, el campo periodístico y el académico tienden
a chocar y repelerse fuertemente. "Los intelectuales no saben nada de
fútbol", son algunas de las frases que reciben frecuentemente
los académicos por parte de la prensa y el público en general.
La necesidad del "mito" como forma de recrear un imaginario en crisis
lleva al público, poder político y prensa en general a escapar
fuertemente de estudiar en forma objetiva el fenómeno. El lugar que
reservan las sociedades a sus mitos sagrados, cercanos a un fenómeno
religioso, no toleran posiciones disidentes. Sí existen tienen que
ser aisladas y estigmatizadas. El cientista social, a menudo, puede cumplir
el papel de un verdadero aguafiestas. No olvidemos que es el periodismo deportivo
el fundador, a través de sus secciones especializadas, las que generaron
los grandes relatos nacionalistas y los héroes épicos. Por otro
lado, es curioso como la mayoría del corpus académico vea a
este tema como marginal. El propio "fantasma del populismo" ha hecho
ver a este tema como no científico y no digno de estudio. Como uno
puede ver, esto se transforma claramente en un obstáculo epistemológico
muchas veces difícil de superar. En un libro de Peter Burke, denominado
"Formas de historia cultural", precisamente se reivindica el estudio
de expresiones culturales antes consideradas marginales, pero curiosamente
no se nombra al fútbol (reivindicándose sí el carnaval
por ejemplo).
Esta "historia antropológica" basada en las relaciones sobre
fútbol y poder político en Uruguay, se propone mostrar la importancia
y el efecto de las largas duraciones históricas. A través de
un estudio comparado con la sociedad argentina, se intentará mostrar
como ante el impacto de una misma coyuntura, ambas sociedades reaccionarán
según sus propios anclajes. Cuando durante las primeras décadas
del siglo los grandes rituales celebratorios de la nacionalidad se afirmen,
los mismos funcionarán como verdaderos resortes en donde ante una situación
nueva de cambio la sociedad se afirmará en los relatos iniciativos
que le dieron vida. "La larga duración es la historia interminable
e indesgastable de las estructuras. Para el historiador una estructura no
es solamente arquitectura, ensamblaje. Es permanencia; con frecuencia, más
que secular (el tiempo es estructura).
Este grueso personaje atraviesa inmensos espacios sin alterarse; si se deteriora
en tan largo viaje, se recompone a lo largo del camino, su salud se restablece
y en definitiva, los rasgos sólo cambian muy lentamente".1 El
fútbol, al ser una manifestación del nacionalismo, se transforma
en una manifestación deformada de la ideología, terreno que
nos permite entrar en el mundo de las mentalidades. A la llamada "fuerza
de inercia de las estructuras mentales". El material etnográfico,
dadas las características de este trabajo, tenía que limitarse
a un recorte muy acotado. Así, llegué a la idea de tomar dos
fuertes manifestaciones de nuestro nacionalismo futbolístico, el mundial
de 1930 y la copa de oro de 1980. El objetivo es establecer un contraste,
tomando estos dos acontecimientos como pares estructurales. Pretendemos retomar
la cuestión de la identidad nacional, buscando ver como es tratada
a través de la ritualización futbolística. La idea es
ver como los uruguayos reaccionan emocionalmente ante determinadas ocasiones
que se las permiten, el intentar bucear un poco más acerca de nuestra
"uruguayidad".
Este trabajo debe mucho a una investigación realizada junto a Pablo
Flores, Gustavo Adamo y Florencia Faccio en torno a lo que fue nuestro mundial
de 1930. Desde ya mi enorme agradecimiento.
1. Batllismo
y fútbol
1.1. El nacimiento del fútbol en Inglaterra y su relación con
el Río de la Plata.
La identidad es el lugar que las personas ocupamos en la estructura social,
tiene que ver con el cómo nos imaginamos en oposición con los
otros. Citando a Castoriadis, Gerardo Caetano2 explica que toda sociedad intenta
responder. ¿Quiénes somos como colectividad? La construcción
de rituales nacionalistas como sin duda los es el fútbol, afirma él
como se imaginan las comunidades a sí mismas. Esto lleva a que el estado
nación se haga una auto-imagen de sí mismo que necesariamente
crea un alter ego respecto de quién diferenciarse. Si Uruguay era esencialmente
un país de aluvión inmigratorio en la década del veinte,
surgieron mitos fundacionales muy firmes que cumplirían la función
de afirmar el colectivo ante los otros; principalmente Argentina.
Tanto en Uruguay como en Argentina, el fútbol fue introducido por "aquellos
ingleses locos". En las últimas décadas del siglo XIX,
el fútbol tiene su primer impulso. De la mano fundamentalmente del
ferrocarril, de los intercambios con la marinería, y de la acción
de los colegios ingleses, el fútbol comenzó a formar parte de
los juegos de recreación de este mundo rioplatense. Por supuesto que
al principio era todo cerradamente británico, desde las reglas hasta
los integrantes de los equipos y los nombres de los equipos y de las noveles
ligas.
El proceso por el cual se "hibridiza" una práctica cultural
extranjera con las prácticas criollas es lento, como veremos más
adelante.
Nos proponemos mostrar primero como se dio en Inglaterra la lucha para acercarse
al fútbol entre diferentes colectivos como la iglesia, los partidos
políticos y los sindicatos, las empresas, la prensa popular, etc.,
como forma de apropiación de lo popular. Veremos que hubo diferentes
móviles (higienistas, de mecenazgo, como búsqueda de acrecentar
el mercado, para obtener apoyo político, etc.) que llevaron a utilizar
al fútbol para favorecer a determinado colectivo. ¿Cómo
era aquella sociedad británica que dio nacimiento al fútbol
y reglamentó todos los deportes? Eric Duning nos hace una somera muestra
de la evolución de distintos juegos en Inglaterra.
"En la Europa medieval, las tres modalidades de "deportes"
más importantes fueron los torneos, las competiciones con arco y los
juegos populares. (...)El fútbol y el rugby moderno descienden de un
clase de juegos populares medievales que en Inglaterra ,tenían diferentes
nombres como "football","camp ball","hurling"
y "knappan".(...)En estos juegos, la pelota era portada, lanzada
y golpeada con palos y a patadas. Los partidos se jugaban lo mismo por las
calles de la ciudad que en el campo. El número de jugadores variaba,
no estaba restringido, y algunas veces superaba el millar. No había
igualdad en el número de contendientes de cada bando. Las reglas eran
orales y localmente especificadas". 3
El investigador nos está mostrando las características de los
juegos de antes de la revolución industrial. Su idea central sería
que el proceso de civilización lleva a una baja de la violencia tolerada.
Lo básico: en Inglaterra, el deporte es un producto histórico
vinculado a la aparición de la burguesía como clase dominante.
Es una invención moderna posterior a la revolución industrial.
No hay instituciones deportivas previas a la modernidad. Estas institucionalizan
y regularizan los deportes. Dos "momentos" significativos de dicho
proceso fueron la confección, en la década de 1840, de las primeras
reglas escritas y la formación en 1863 y 1871 de la FA (Asociación
de Fútbol) y de la RFU (Unión de Fútbol Rugby).4
Las reglamentaciones de estos órganos legislativos y administrativos
serán fundamentales para regularizar las prácticas deportivas
y tendrán un peso muy grande en el Río de la Plata. Otro tema
muy importante será la fase de popularización de los deportes
(y a los efectos de este trabajo principalmente el fútbol). "Fue
en el amurallado universo de Tom Brown donde las clases dominantes inglesas
experimentaron por primera vez el dispositivo de lo deportivo con sus propios
hijos. Las "Public Schools", en contra de lo que su nombre sugiere,
eran los centros educativos más selectos"5 . Si bien los orígenes
del fútbol están relacionados con estos aristocráticos
centros educativos ingleses, lo más interesante es el proceso de apropiación
por parte de los sectores populares de esta práctica cultural.
Alrededor de 1860, una vez que el mensaje deportivo comenzó a estar
reglamentado y codificado, comenzó una verdadera carrera competitiva
entre los diferentes agentes e instituciones que a través de la promoción
del fútbol buscaban asegurarse áreas de influencia y de poder.
Básicamente la iglesia (protestante o católica), las fábricas
y talleres del ferrocarril y los centros educativos fueron los que iniciaron
la fase de "popularización" del fútbol en Inglaterra.
La iglesia fue una de las agencias fundamentales en la difusión del
fútbol. "(...) los curas jóvenes creían en los deportes,
y descubrieron que el balón de fútbol podía ser un buen
medio para atraer el pueblo hacia Dios"6 (muchos son los ejemplos en
Inglaterra de clubes constituidos en torno a iglesias. El Aston Villa, el
Bolton Wanderes, el Everton, el Tottenham Hotspur, etc., son algunos de ellos.
La fábrica también se transformó en otro importantísimo
centro de propagación del fútbol. El interés y altruismo
de ciertos patronos hizo del equipo de fútbol de la fábrica,
un lugar de recreación y sociabilidad (el Manchester United y el Arsenal
son un ejemplo de esto). Por último, las escuelas de pueblo constituyeron
otro lugar de importantísima difusión de la pasión por
el fútbol. La mayoría de las grandes ciudades inglesas contaba
con una gran red de competiciones escolares.
La prensa popular-deportiva contribuyó a difundir los partidos de la
liga y de la copa inglesa (dos competiciones paralelas que se desarrollaban
durante el año futbolístico). En la década de 1880 el
fútbol se había transformado en un elemento fundamental de la
cultura popular inglesa. El fútbol pasó a formar parte de la
cultura obrera británica. El deporte se profesionalizó a mediados
del decenio de 1880, y en ese mismo decenio se creó su pauta: los partidos
de liga, la eliminatoria de la copa, la dominación casi total del deporte
por jugadores de origen proletario, la curiosa oposición binaria que
hacía que las ciudades inglesas se dividieran en bandos rivales."7
La característica de pagar a los obreros el viernes hizo que el sábado
se transforma en el día principal de asueto. "El puritanismo hacía
que las formas paganas de diversión quedaran excluidas de los domingos,
aunque no podía evitar la costumbre que seguían muchos trabajadores
británicos: pasarse toda la mañana en la cama leyendo periódicos
que publicaban reportajes meticulosos sobre crímenes, abusos sexuales
y deportes"8
Una vez conocida las características del maestro, vayamos a la relación
con sus alumnos. Intentar ver como "el football" de aquellos "locos
ingleses", fue hibridizándose con los elementos criollos pertenecientes
en este caso a la cultura receptora. De cómo poco a poco el estilo
británico de jugar fue llevando a un estilo que luego terminó
siendo parte de la identidad nacional, de cómo de "football"
se pasó a fútbol, el "field" fue la cancha, los "teams"
los equipos. Para intentar analizar el caso uruguayo no es fundamental estudiarlo
bajo la teoría de la doble fundación, la británica y
criolla.9 La fundación británica del fútbol había
venido como hemos visto con los primeros inversores británicos. En
el siglo XIX los ingleses dominarán totalmente la estructura comercial
y de servicios de esta novel república. Pero con un agregado a su favor.
La Guerra Grande (1838-1851) llevó a que el bloqueo del puerto de Buenos
Aires por parte de la escuadra franco-inglesa trajera un aluvión de
exiliados ya en las primera década del treinta. Esto tendrá
grandes repercusiones en el deporte; al estar Buenos Aires bloqueado, será
Montevideo el primer gran centro de inversiones en el Río de la Plata,
y estos inversores traerán en sus valijas llenas de libras también
los primeros instrumentos deportivos.
El 3 de diciembre de 1842, aparecía la noticia del primer club dedicado
a la práctica de un deporte en nuestro país. El Victoria Cricket
club daba su nacimiento.10 El Montevideo Cricket Club, fundando el 18 de julio
de 1861, sería el segundo intento de la colectividad inglesa en difundir
el cricket, pero sobre todo sería el primer núcleo que jugaría
al fútbol. La característica de "círculo cerrado
más otras afinidades formarían una corriente que habría
de enfrentarse a los impulsos nativos para engendrar la rivalidad deportiva
básica del país: Nacional y Peñarol."11
Los partidos de fútbol entre el Montevideo Cricket y el Montevideo
Rowing (el otro club inglés dedicado fundamentalmente a actividades
náuticas) son los primeros que las crónicas atestiguan que se
comenzaron a dar en nuestro suelo. La tradición oral ubica el primer
partido en 1878, y la primera crónica escrita data de 1881. Estos partidos
cada vez juntaban más "criollos" en La Blanqueada (nombre
de un actual barrio montevideano) que seguían los partidos ante la
mirada orgullosa de los "milords".
Los colegios ingleses, como el British School y el English High también
se sumaron a los centros difusores del fútbol en la década del
ochenta. Por supuesto que estos no eran los únicos juegos en la pequeña
república. La plaza de toros y el espectáculo sangriento de
la lidia era el juego más popular en ese entonces. Pero volvamos al
"football". Hacia 1891 nacería en los talleres de villa Peñarol
un centro deportivo dependiente del "The Central Uruguay Railway"
(la red inglesa de ferrocarriles más grande de la república).
El fútbol sería uno de los deportes practicados por este club;
con el correr de unos pocos años era la gran pasión de la enorme
cantidad de obreros que vivían radicados en la villa Peñarol
y trabajaban en el ferrocarril inglés. Su primer presidente era también
el gerente general del "Central Railway", el enclave británico
más grande del Uruguay de entonces. Sentado desde su enorme despacho,
veía como "su" equipo de fútbol cumplía una
verdadera función gremial. Dirigentes, mandos medios, y obreros encontraban
una forma de unión, de sentirse todos juntos bajo los colores del ferrocarril,
(que recién a comienzos de siglo pasó a ser amarilla y negra).
Si al principio eran apellidos ingleses los que integraban el cuadro entre
los que destaca las ocurrencias del ingeniero de máquinas Woosley,
con el tiempo fueron los apellidos latinos los que pasaron a formar parte
del equipo, ya que la única condición para formar parte de este
era ser empleado del ferrocarril.12 El CURCC (denominación del equipo)
pasó a integrarse a los partidos jugados por los otros centros ingleses
formando una incipiente liga.
Hasta aquí todo británico. ¿Cuándo podemos ver
germinar la fundación criolla de nuestro fútbol? Este proceso
de "criollización" será muy largo, abarcando un período
que comienza con el siglo y por lo menos va hasta 1930. Es en la universidad
de Montevideo en donde surgirá una poderosa corriente nacionalista
que se vigorizaba para su forja identitaria con todo lo que inglés."
La juventud universitaria (aleccionada por el discurso-exhortación
del rector Vázquez Acevedo quién veía en el fútbol
el medio por cual la raza latina podría llegar a superar a la anglosajona)
tradicional reducto de ideas, doctrina y polémicas filosóficas,
no podía permanecer ajena a una lucha que se desarrollaba a su alrededor
con tal contenido"13 . En el proceso de criollización del fútbol
uruguayo, Nacional es el pionero. En los procesos de hibridación la
cultura que viene de afuera es "traducida" al fin de adaptarse a
las condiciones locales.14 Las formas puras, con el proceso de criollización,
van tomando color local hasta obtener un nuevo fenómeno híbrido.
Esa nueva práctica cultural, a medida que se va hibridizando, termina
formando parte de la identidad nacional, que en su relato la adopta como algo
propio. Pues bien, un elemento básico del ritual futbolístico
son los símbolos. El símbolo-mojón básico para
demarcar territorialidad en el fútbol son las banderas y las camisetas.
El naciente club Nacional de Football (nacido el 14 de mayo de 1899) tuvo
como su emblema tradicional los colores rojo, azul y blanco en su escudo,
en honor a la bandera tricolor de Artigas. Precisamente en ese entonces, la
muchachada universitaria (una verdadera elite en el Uruguay de entonces),
encontraba en Artigas al caudillo fundador de la nacionalidad oriental. Sí
bien ya tenemos un primer elemento criollo en el fútbol uruguayo, el
proceso será lento. El embrión de la Asociación de Fútbol
Uruguayo, la "Uruguay Association Football League", será
una liga que en sus pasillos se hable en inglés. Miremos si no una
crónica de un partido por el campeonato uruguayo de 1910 para reflexionar
sobre lo dicho:
"...mucha, enorme concurrencia tenía el field de Punta Carretas
con el propósito del encuentro entre los dos teams (River Plate y Wanderers),
(...). Ataca Wanderers obligando a un corner, después Bastos corre
hacia el arco sin suerte y más tarde Seoane logra colocar el centro
que Bertone aleja hasta dar margen a que los forwars se tornen no peligrosos
(...) A los 20 minutos un shot de Vilende pasó desviado".15
En esta nota se percibe totalmente la influencia británica en palabras
futboleras que poco a poco se irán haciendo nuestras. El campo de juego
es el "field", todavía no la cancha. Los equipos son los
"teams", y otras palabras como "shot", "forwards"
son muy claras al respecto. El proceso de será muy lento y continuará
con la aparición de la "celeste" (nombre que se le da hasta
nuestros días a la camiseta usada por la selección uruguaya);
su aparición se remonta a 1910 y es estrenada el 15 de agosto venciendo
3 a 1 a Argentina en el estadio del Club Atlético Wanderes de Uruguay.
También con la progresiva "nacionalización" de Peñarol,
que a partir de 1913 se desvinculará totalmente de la administración
del Ferrocarril inglés.
El diario "El Día" será a su manera el encargado de
generar el imaginario del fútbol uruguayo a través de su página
deportiva. Fue fundado en 1886 por José Batlle y Ordóñez,
la figura más emblemática del partido colorado, que en Uruguay
es el partido del poder. Este diario, basándose en la posibilidad de
generar una cultura de masas a través de la prensa escrita (ya que
empezaban a hacerse sentir los efectos de la alfabetización masiva
iniciada unas décadas antes), se transformó en el compañero
típico del domingo de los sectores populares. Los ideales políticos
democráticos, la sección para la mujer, el suplemento dominical,
y por supuesto la tan esperada por los hombres página deportiva (aparecida
a partir de 1908), fueron los que empezaron a moldear la opinión pública
mayoritaria. Cuando en 1924 los "olímpicos" ganan la medalla
de oro, El Día será el único diario en cubrir el acontecimiento.
Su redactor, Lorenzo Batlle Berres, comienza a llenar de "uruguayismos"
a la selección celeste dominado por un profundo sentido de la épica,
de la hazaña de ganarle a los equipos europeos, un sentido de que "vosotros
sois el Uruguay" llenaba sus páginas.
Comenzaba a forjarse un estilo que se siente superior a los europeos y distinto
al de los argentinos. La habilidad basada en el quiebre de cintura, la moña,
el caño, el sombrero, la gambeta, se combina con un profundo "coraje"
ante los momentos difíciles. Ese estilo con el tiempo se pasará
a denominar la "garra charrúa", y como relato, adquirirá
su cenit en los años cincuenta con la conquista de Maracaná.
Es en los años veinte entonces que se empezaba a generar una auto-imagen
que tendrá como principal alteridad a la Argentina.
1.2. Fútbol,
política y sociedad
El objeto de estudio de este trabajo está centrado en las relaciones
entre el poder político y el fútbol en Uruguay, mediado por
los medios masivos de comunicación, y es por eso que nos interesa empezar
a buscar las relaciones entre ambos. Nuestro sistema de partidos modernos
y nuestro poder militar serán analizados desde una óptica distinta.
A menudo se ha visto a la política como una flor que tiene sus raíces
en la infraestructura económica, o como una mera agregación
de las campañas militares. Ambos enfoques han olvidado lo que la política
tiene de cultura.
Si hemos dicho que nos proponíamos realizar una historia antropológica,
este enfoque también obedece a ello. La política muchas veces
no es una flor, sino que es un espejo que refleja tanto la realidad socioeconómica
como las expresiones culturales de una nación. Y como en un cuento
de hadas, de cómo se ubique el espejo dependerá si la doncella
se ve en el mismo como una sirvienta o como una princesa a la hora de ir al
baile y deslumbrar al público.
Las identidades se forman en la vida social a través de la actividad
políticamente eficaz que articula y por tanto, vincula diversos antagonismos
sociales. Utilizando términos gramscianos, denominaremos a esta actividad
"hegemonía". Para que todo proyecto moderno político
triunfe definitivamente, la nación tiene que estar unificada. Esta
unificación comienza con el definitivo triunfo de José Batlle
y Ordóñez (líder del partido colorado) sobre Aparicio
Saravia (líder del otro partido tradicional, el blanco). Desde sus
propios orígenes el partido colorado en nuestro país, estuvo
mucho más relacionado con las identidades que surgían de nuestra
principal ciudad-capital, Montevideo.
El partido blanco estará más cercano a las identidades basadas
en las tradiciones rurales del interior de nuestro país. En campañas
políticas modernas cercanas en el tiempo, es curioso como los "caudillos"16
políticos del partido blanco utilizan simbologías que tienen
raíces en nuestro mundo rural del siglo XIX. José Batlle y Ordóñez,
fue quién con grandes cambios en la sociedad uruguaya dejó atrás
un siglo XIX plagado de guerras, haciendo triunfar una modernidad que había
dado nacimiento con el militarismo en la segunda mitad del mencionado siglo.
Una abundante legislación laboral y social, una progresiva afirmación
de un estado social de bienestar, un proteccionismo a la industria, una profunda
secularización de la sociedad, que tiene alguna de sus manifestaciones
en la separación de la iglesia del estado, y la ley del divorcio, una
respetada autonomía de los sindicatos y una tendencia a desmilitarizar
nuestra realidad, oponiéndose firmemente a la implantación del
servicio militar obligatorio, caracterizaron el período.
Luis Alberto de Herrera, fue el político -caudillo blanco que reformularía
al partido nacional, llevando al mismo a desafiar al batllismo con un proyecto
moderno. Herrera reformularía al partido, encauzando a las masas blancas
a la civilidad; Vivian Trías, ese lúcido intelectual de la izquierda
uruguaya, decía que Herrera hace la transición entre la lanza
y el voto. Lo que nunca había logrado Batlle, considerado por los blancos
como un matador de la población rural, lo lograría Herrera.
Las bases herreristas se basarían en la creación de un populismo
nacionalista y anti-batllista dirigido básicamente a la población
rural y del interior del país (fundamentalmente los departamentos dominados
por la estancia cimarrona). Se usa el mito muerto, Saravia, como símbolo,
así como todo tipo de tradiciones basadas en la oposición campo-ciudad.17
En la construcción de nuestra modernidad política, le cabe al
partido nacional, el haber establecido la coparticipación y el derecho
a que existen posiciones disidentes a las hegemónicas.
Sí un país va construyendo su identidad como un relato que se
define porque se junta por algo y se opone con otra cosa, veamos que diferente
son algunos elementos del proyecto moderno argentino. En Argentina, la iglesia
no se separa del Estado, si no por el contrario se afirma junto a él
durante todo el siglo XX, (pensemos si no en la importancia del Te Deum, la
ceremonia cívico-religiosa de asunción del nuevo mandatario).
El servicio militar se hace obligatorio a partir de 1905, pasando el ejército
a tener una importancia decisiva en la vida política y civil de la
Argentina del siglo XX. Estos diferentes anclajes de larga duración
serán importantísimos a la hora de ver el diferente comportamiento,
ante el desafío de la misma coyuntura de ambos colectivos a lo largo
del siglo XX.
El batllismo buscaba singularidades que le dieran identidad a la nación,
y entre éstas aparece el fútbol. Esta corriente política
del partido colorado fue la primera en captar la importancia de acercarse
a las identidades que poseían los inmigrantes como nueva clase social
emergente. El primer acercamiento que hemos descubierto se produce a través
de la carismática figura de Julio María Sosa. Es en esta figura
que podemos establecer el triángulo hecho para otras personalidades
que a lo largo del siglo, aquí y en otras partes llevan a que el destaque
económico, lleve al destaque en la dirigencia deportiva y por último
a la figuración política. Lo cierto es que el batllismo encuentra
desde el vamos la importancia de darle vida a personas que arrastraban masas
desde su actividad en el fútbol. Julio María Sosa, comienza
a destacarse en la dirigencia de Penarlo18 , justo cuando el club vivía
su trascendental paso de ser un centro gremial ligado al ferrocarril inglés,
a independizarse totalmente y pasar a ser un club netamente criollo. Esto
se da en 1913. Ya era muy importante su actividad periodística en la
redacción del diario El Día (el diario del batllismo, un verdadero
trampolín para hacer política). Durante la segunda presidencia
de José Batlle y Ordóñez, en el período 1911-1915
(la decisiva en todas las profundas transformaciones mencionadas anteriormente),
cumple una profusa actividad en la dirigencia de Peñarol, en la política
siguiendo de cerca a su líder, y en el diario. Recordemos que el diario
El Día es el primero en tener una página deportiva. Su encumbrada
carrera culmina al llegar a formar parte nada y nada menos que del Consejo
Nacional de Administración (que en reformulación de la constitución
en 1918, había establecido un poder ejecutivo bicéfalo formado
por un presidente y un consejo nacional de Administración).19 Cuando
en 1924 los "olímpicos"ganen la primer medalla de oro en
fútbol para el Uruguay, El Día será el único diario
en llevar un enviado especial al acontecimiento y de alguna manera siente
el triunfo como propio.
La primera vez que el puerto de Montevideo se vio desbordado de gente fue
en este 1924, el día de la llegada de Colombes (Francia) de los "footballers"
que habían conquistado la gloria y hacían sentir "uruguayos"
en forma masiva a todo el colectivo por primera vez. El padre de la victoria
fue un hombre del partido colorado, el Dr. Atilio Narancio, prominente pediatra
y hombre público, identificado desde muy joven con Batlle, fue el que
promovió e impulsó la participación de Uruguay en los
juegos olímpicos de 1924 en París. Lorenzo Batlle Berres, el
enviado especial del diario El Día, pronunciaba estas emocionadas palabras:
"Vosotros sois el Uruguay. Sois ahora la patria, muchachos... Sí,
sí, han comprendido. Se yerguen todos, avanzan gallardos, decididos
echando afuera los pechos vigorosos... Viendo por fin erguida, allá
en lo alto, meciéndose orgullosa... empapada en el azul del espacio...
recibiendo del sol sus chorros de oro... el emblema de aquel puntito casi
invisible en el mapa... que se ha ido agrandando, agrandando, agrandando"20
En 1928 Uruguay vuelve a conquistar por segunda vez su medalla de oro en fútbol
en los juegos olímpicos de Amsterdam, ganándole en la final
a Argentina, el rival de todas las horas. Uruguay estaba en épocas
de centenarios. El fútbol... ¿podría ayudar a festejarlos?
La modernidad triunfante batllista tendría un largo camino por recorrer.
Un largo período, que aproximadamente va entre 1904 y 1930, será
el que le lleve afirmarse. La relación entre la afirmación de
un Welfare State (un estado social de bienestar) y el nacimiento de profundos
significados nacionalistas, serán decisivos para la construcción
del proyecto de la modernidad encarado por el batllismo. Si la década
del diez había sido la de explosión del estatismo, la década
del veinte (entre 1923 y 1930) sería la de todo tipo de manifestaciones
xenófobas, dentro de las cuales el fútbol tendrá un papel
medular. Uruguay, decíamos, en esta década vivía centenarios
de fechas patrióticas. Para generar una auto imagen era necesario encontrar
singularidades que dieran identidad. La identidad nacional comienza a afirmarse
prácticamente cien años después del nacimiento del estado
uruguayo como nación, en 1830. "Uruguay nació antes que
los uruguayos, el Estado precedió a la nación".21 Y es
por eso que en esta década de centenarios, el batllismo comienza a
crear todo tipo de mitos y leyendas de bronce, mármol, cemento y tinta
impresa. Repasémoslos.
En 1923, ante una multitud desbordante y frenética de nacionalismo,
se inaugura en la plaza independencia el monumento de bronce a José
Artigas. Éste es el máximo prócer de la historia nacional
uruguaya, cumple una función muy similar a la de San Martín
en Argentina y Bolívar en Venezuela, que es la de encontrar a un conductor
símbolo que guíe a toda la comunidad por los senderos a veces
tortuosos de la modernidad. Se intentó hacerle decir a Artigas cosas
que él no había dicho nunca, mostrarlo al mundo como fundador
de la nación uruguaya. Curiosidades de la historia: cuando surgió
el país como nación independiente bajo el nombre de República
Oriental del Uruguay, Artigas era visto por las principales familias dirigentes
como un matón, un gaucho malo (los gauchos eran típicos personajes
nómades, hombres de a caballo del campo uruguayo) y contrabandista
y principal síntoma de la barbarie. Ahora aparecía ahí,
majestuoso, sentado en un caballo que no tenía nada de criollo, sino
que era perteneciente a los modelos equinos de la Italia del Renacimiento.
Al igual que el "football" (porque todavía no se había
castellanizado el término como "fútbol"), Artigas
serviría en esta década del veinte para afirmar el proyecto
batllista. Vale la pena detenerse en la Avenida 18 de julio, esta arteria
símbolo del universo moderno uruguayo, y que no sólo era el
centro de Montevideo, sino que era el centro del país. Empezaba y terminaba
con el prócer Artigas: se inicia en la Plaza Independencia, lugar del
monumento a Artigas, y termina en el Bulevar Artigas. En esta década
se engalana la 18 de julio con todo tipo de símbolos (pensemos en el
nombre de la avenida, referente a la Jura de la Constitución, el 18
de julio de 1830). El batllismo triunfante vio en esta calle la perfecta creación
de una arquitectura del poder. Los significados que ésta produce parecen
irradiar a todos los rincones del país y contribuyen a forjar una identidad
nacional. Continuando con los monumentos, el 25 de agosto de 1925, fecha del
centenario de la declaración de la independencia nacional, se decide
inaugurar el palacio Legislativo, majestuoso edificio neoclásico en
donde a partir de entonces se pasó a reunir el parlamento. Toda su
arquitectura quedó librada a producir una estética democrática.
Y una vez más, los uruguayos crean mitos y leyendas que no tienen una
relación clara con lo que realmente pasó. El 25 de agosto de
1825 lo que realmente hizo Uruguay fue declararse independiente de Brasil,
pero continuó unido a la Argentina hasta 1828. Otra efeméride
se ve en 1928, cuando le toca al "gaucho" el derecho al bronce.
Un hermoso monumento en plena 18 de julio lo ve gallardo montado en un brioso
corcel. Una nueva curiosidad de la historia: El "gaucho" fue uno
de los enemigos más temibles del proyecto de modernidad montevideano,
pues representaba a la llamada "barbarie" rural de los bravos jinetes
salvajes del campo. Pues bien, una vez exterminados los gauchos como real
peligro, se decide levantarles un monumento en el centro de la ciudad que
los exterminó.
1.3. El mundial
del centenario
Es en este contexto que veremos dar nacimiento al primer campeonato mundial
de "football". ¿Por qué fue el 18 de julio de 1930
y no el 25 de agosto de 1925 la fecha para festejar a lo grande nuestro centenario?
Porque el 25 de agosto de 1925 se cumplían 100 años de la ya
vista relativa declaratoria de la independencia, acontecimiento llevado adelante
como consecuencia de la cruzada libertadora acaudillada por Lavalleja y su
lugarteniente Oribe. Oribe se transforma en el caudillo mítico del
partido nacional. En cambio el 18 de julio es como vimos el centenario de
la constitución. Ésta primera constitución fue jurada
durante el mandato del presidente Rivera, caudillo fundador del partido colorado.
En la disputa por el calendario, los colorados ganaban y se apropiaban de
los principales símbolos nacionalistas, llevándolos a la lógica
del batllismo.22 Aquella sociedad triunfalista e hipócrita del "centenario"
encontrará en el mundial el broche de oro de tanto delirio de grandeza.
Los símbolos nacionalistas creados en los años previos lograrán
dar un sentido de unión a la comunidad imaginada. Al igual que la guerra,
el triunfo deportivo logra que toda una nación quede unida en un instante
mágico por una enorme bandera imaginaria. Como ya hemos visto, el mito
"celeste" se consolida en los triunfos de Colombes y Amsterdam produciendo
un verdadero delirio popular. Junto a las banderas de los dos tradicionales
adversarios, Peñarol y Nacional, se levanta la bandera uruguaya. Por
primera vez en la historia de este país, una sociedad entera antepone
la bandera antes que las rivalidades intestinas que la separaban. No se era
ni de Montevideo, ni del interior, ni criollo ni "gringo" (nombre
dado a los inmigrantes por la población local), ni negro ni blanco,
ni pobre o rico. Se era "uruguayo" y así se terminó
festejando en una Avenida 18 de Julio desbordante de pasión.
Comenzaba a perfilarse el "football" como muestra del carácter
nacional, carácter futbolístico, que con el tiempo se denominó
"garra charrúa" (en referencia al nombre del grupo indígena
exterminado que habitó el país). El caudillo y el habilidoso
se transforman en verdaderos símbolos del fútbol uruguayo. En
la final de Maracaná, Obdulio Varela, el principal caudillo de la "celeste"
de todos los tiempos, había liderado una "jaula "defensiva
en donde se habían parado los embates de una selección brasileña
rutilante de estrellas blancas y negras y con hambre de golear. Este caudillo
hizo gala en el partido de la picardía, "la picardía era
una cualidad rastreable en los gauchos matreros y libérrimos, en los
diversos modos de resistir diplomáticamente el centralismo virreinal
bonaerense y los sucesivos intentos de dominación española afrancesada,
inglesa, bonaerense, portuguesa y brasileña. Asimismo, la "garra"
parecía prefigurada en el rechazo a los invasores ingleses, en la epopeya
artiguista ("si no tengo soldados pelearé con perros cimarrones")
y en la epopeya de la independencia simbolizada en el General Lavalleja y
sus treinta y tres orientales que iniciaron la liberación del territorio".23
"Fue en las calles de extramuros de Montevideo donde la celeste bebió
su ambrosía. Todo proceso de germinación se cumple a oscuras
y éste se definió en el 'diálogo cultural' desatado en
su forzosa promiscuidad del inmigrante con el criollo y el negro".26
¿Cuándo comienza a concretarse la idea de realizar una copa
del mundo en casa? Realizar un mundial de fútbol venía siendo
el sueño de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol
Asociación), desde bastante tiempo atrás. La idea de crear un
campeonato internacional de fútbol surgió en su congreso fundacional
celebrado en París el 21 de mayo de 1904. Sin embargo, recién
en 1928, luego de los juegos olímpicos de Amsterdam, se reúne
la FIFA para concretar la organización del primer mundial para el año
1930.
Como habíamos visto, en 1928 Uruguay volvía a ganar por segunda
vez consecutiva la medalla de oro olímpica en fútbol, y de alguna
manera comienzan a confluir los intereses de los dirigentes de la FIFA con
los intereses de los dirigentes políticos y deportivos uruguayos. Sin
embargo, varios países europeos, principalmente Italia y España
también pugnaban por ser la sede. Fue fundamental para que la FIFA
se decidiera a inclinar la balanza hacia el lado de Uruguay, la gestión
del embajador uruguayo en España Enrique Buero, hombre del partido
de gobierno. Éste se acercó a Jules Rimet para mostrarle que
el Uruguay estaba en condiciones de organizar tan magno evento. Uno de los
principales argumentos presentados, además de los anteriores triunfos
olímpicos, fue el hecho de que Uruguay quería culminar sus festejos
del centenario de su nacimiento como nación con la copa del mundo.
Finalmente, en el congreso de Barcelona de mayo 1929, luego de varias discusiones,
la FIFA decide otorgar a Uruguay la sede.
Una vez enterado el gobierno, dos objetivos pasaron a obsesionar a los dirigentes
involucrados en la organización. Estos fueron la construcción
del estadio, y lograr invitar a la mayor cantidad de países al mega-evento.
El 21 de julio se colocó la piedra fundamental del estadio, haciendo
uso de la palabra César Batlle Pacheco. Este hombre, hijo de Batlle
y Ordóñez, había sido director del diario El Día
y ocupaba un cargo jerárquico en el gobierno. Como vemos claramente,
estaba formada una telaraña de poder entre la AUF, CAFO, el diario
El Día, la dirigencia de Peñarol, y el Partido Colorado26
De este primer mundial, a los efectos del trabajo nos interesa destacar dos
aspectos singulares. El 18 de julio, feriado nacional en todo el país,
se inaugura el Estadio Centenario con el partido Uruguay-Perú. Si un
ritual es una ceremonial aislado en el espacio y en el tiempo que se repite
una y otra vez, el ritual futbolístico nacionalista cumple un papel
extraordinario en los mecanismos básicos de construcción de
identidades. La densidad simbólica que encierra nos permite leer la
"uruguayidad" en ciernes. El que fuera un 18 de julio el día
de la inauguración del estadio, el que el mismo se llamara "Centenario",
que las tribunas se llamarán Colombes (en honor a la medalla de oro
en los juegos olímpicos de París), Ámsterdam (en honor
a la medalla de oro en los juegos olímpicos de esa ciudad), Olímpica
y América, en el que en el desfile de las delegaciones en la ceremonia
inaugural antes del partido, Atilio Narancio encabezara la misma junto con
una bandera uruguaya, etc., llevaba a que "Mundo Uruguayo" afirmara
que festejábamos en "footbalístico" nuestro centenario.
También es importante ver al espectáculo deportivo, en este
caso la final del mundial, como un "drama social", que al igual
que en el coro griego, participan todos.27 El ritual nacionalista, en esta
ocasión hibridiza la fecha patria del centenario de la jura con la
inauguración del estadio, verdadero símbolo del mundial. En
el imaginario, el estadio se transformaba en el símbolo del poder del
estado triunfante después de tan agitados cien años. El diario
El Día, titulaba: "Este Centenario se lo debemos al partido colorado".28
El otro gran acontecimiento del mundial que queremos destacar es la final
entre Uruguay y Argentina. En un estadio Centenario repleto y desbordante
de nacionalismo Uruguay festejaba el ser campeón mundial.
El fútbol, practicado en Uruguay desde los albores del siglo XX por
los sectores populares, fue una actividad muy criticada por quienes promovían
una experiencia cultural alternativa del proletariado.29 Aquí estamos
en presencia de una paradoja periodística uruguaya. El Día,
diario del poder, era leído por los sectores populares, mientras que
el diario El Sol, principal vocero del partido socialista no encontraba comunicación
con los mismos. Su idea de fútbol como opio de los pueblos lo hacía
derribar un puente de contacto con los trabajadores (que era a quienes pretendía
llegar). El diario El Imparcial, mostraba al parlamentario socialista Emilio
Frugoni irritado y colérico ante la propuesta de un legislador de aplaudir
y ponerse de pie en la cámara de senadores para homenajear a Uruguay
como primer campeón mundial.30 Tanto el partido comunista, el socialista
como el anarquista tenían una actitud peyorativa hacia los llamados
"deportes burgueses". Utilizando distintas estrategias, todos los
partidos de izquierda compartieron el rechazo a la xenofobia nacionalista
burguesa desatada por la prensa del poder luego de las conquistas de Colombes
y Amsterdam. Sin embargo, en la búsqueda de acercar a los obreros al
sindicato, el partido comunista trató de apropiarse de las identidades
construidas en el fútbol, intentándole dar al mismo un contenido
proletario. A modo de ejemplo, crearon la Federación Roja, en la cual
participaban clubes con nombres como "La Comuna", "Soviet",
"Leningrado", "Hacia la igualdad", etc. En el barrio del
Cerro, dominado en los años veinte y treinta por los obreros de la
industria frigorífica, surgieron muchas de estas instituciones futbolísticas.
2. Dictadura
y fútbol
2.1. La Copa de Oro y su contexto
Para trabajar etnográficamente lo que significó la copa de oro
de 1980, es importante contextualizar la época, mostrando como todo
el deporte en general, y el fútbol en particular expresaba simbólicamente
la coyuntura denominada Guerra Fría. La Guerra Fría ha sido
definida como el enfrentamiento entre EEUU y la URSS en el marco de un mundo
bipolar. Los juegos olímpicos y los campeonatos mundiales de fútbol
reflejaran desde el punto de vista simbólico dicho enfrentamiento.
Los partidos de fútbol en donde jugaba la URSS sacaba a luz los enfrentamientos
étnicos hacia dentro de su territorio, y hacia sus países satélites.
Estudios realizados recientemente nos muestran el profundo rechazo que generaba
la visita de la selección nacional de fútbol soviético
a los distintos estados de su enorme territorio soberano. Su camiseta roja
con una hoz y un martillo, representaba más bien el sueño de
tener un gigantesco mundo multiétnico unido por la utopía de
la revolución. El deporte servía para afirmar reivindicaciones
de rechazo hacia Moscú y su política centralista y asfixiante.31
Otro de los fenómenos clásicos en los estudios de guerra fría,
es lo que entendemos por descolonización. Al igual que otros términos
como imperialismo, globalización, capitalismo, socialismo, etc., cuando
son vacíos y aburridos. Es en la búsqueda de lo que tienen de
cultura, en donde vamos a encontrar los verdaderos sonidos de estas palabras.
En el mundial de España 82 (el primero de los mega mundiales ya que
participan 24 países), varios países africanos y asiáticos
aparecen disputando el mismo. Es en la explosiva transformación de
la FIFA en donde tenemos que buscar el impacto de esta nueva coyuntura, que
pasa de reflejar la era imperial a mostrar la era del mundo bipolar. Sí
a su manera la FIFA de la primera post-guerra era un reflejo de la sociedad
de las naciones, la FIFA posterior a 1950 es un espejo de las Naciones Unidas.
Se transforma en las naciones unidas del fútbol; en su seno son recibidas
las federaciones y asociaciones de un sinnúmero de países africanos
y asiáticos que estaban surgiendo a la vida.
Las dictaduras latinoamericanas de los años sesenta y setenta también
entraban dentro de la lógica de la coyuntura de la Guerra Fría.
La influencia de la revolución cubana había llevado a la radicalización
política en la mayoría de los países de la región.
La dictadura uruguaya (1973-1985), no es una excepción a esto. La intención
de relacionar a la dictadura con el fútbol es intentar mostrar los
deseos imaginarios expresados en símbolos de la misma. Básicamente
se intentará demostrar, que a diferencia del proyecto argentino (su
marco de referencia), la dictadura no logra la articulación con las
identidades de los uruguayos. Es en las estructuras de larga duración
de Fernand Braudel que tenemos que encontrar los resortes de estos engranajes
del comportamiento colectivo. Como hemos visto en los capítulos anteriores,
fue el batllismo el que forja nuestra identidad, teniendo como alteridad básica
a la Argentina y como su principio fundamental a la democracia y al diario
El Día en su vocero oficial
"Nuestra democracia ha pasado a ser un hábito; un buen hábito
claro. El ejército sigue en nuestro país una tradición
civilizada y civilista. Tan legalista y tranquilos son nuestros militares,
que el único y controvertido dictador que exhibe el Uruguay contemporáneo
no es precisamente un general si no un abogado, y es en cambio un militar
quién devuelve al país su nexo con la constitución".32
Esta situación denunciada por Benedetti en 1960, se transforma en una
de nuestras más claras largas duraciones. A la hora del golpe de estado
de 1973, en donde los militares asumen todo el poder, pero ponen de presidente
a un civil, Bordaberry, todos estos fantasmas volverán a resurgir.
Se vuelve a dar la misma situación que con el único golpe de
estado anterior, el de Terra de 1933. Es tanto la tradición "civilista",
"batllista" y "artiguista" del ejército uruguayo,
que necesariamente tiene que poner un civil como fachada para que lo represente
ante el pueblo.
2.2. Un
estudio comparado entre el fútbol y las dictaduras de Argentina y Uruguay.
En el caso argentino, lo que se quiere sostener es que los militares articularon
de forma diferente. A partir de 1930, los golpes de estado y las dictaduras
se sucedieron ininterrumpidamente, teniendo los partidos políticos
que llevar permanentemente esta situación. En Argentina, el ejército
dominó a la política (y no viceversa). Si pensamos además
en la existencia del servicio militar obligatorio desde 1905, la no separación
de la iglesia del estado, una sociedad corporativa, donde los sindicatos estaban
unidos al poder político, y por sobre todas las cosas, un discurso
basado en un "nacionalismo integrista", las cosas son claramente
diferentes. Este "nacionalismo integrista" se basaba en el sueño
imaginario de reconstruir el viejo virreinato del Río de la Plata,
creando un imperio territorial en América del Sur. El enorme tamaño
del país, hacia que la noción de "territorialidad"
del ejército argentino fuera totalmente distinta al uruguayo (en donde
lo reducido del territorio hacía ridículas estas pretensiones).
El encontrar un enemigo en el exterior que una a toda la nación y oculte
la existencia de grupos sociales antagónicos fue una de sus fórmulas.
El poder militar que había llegado al gobierno a partir de 1976, comandado
por el general Videla va a tener que acercarse a identidades que estaban en
la sociedad argentina33 . El mundial de 1978, realizado precisamente en Argentina,
tuvo en la revista El Gráfico al portador oficial de su discurso.
"Para los de afuera, para todo ese periodismo insidioso y malintencionado
que durante meses montó una campaña de mentiras acerca de la
Argentina, este certamen le está revelando al mundo la realidad de
nuestro país y su capacidad de hacer ,con responsabilidad y bien ,cosas
importantes."34
El enemigo estaba afuera. La imponencia del Mundial llevaba a mostrarlo como
la verdadera cara de Argentina. Esa era la muestra más visible de que
allí no se violaban los derechos humanos y se podían hacer grandes
cosas. En ese clima de nacionalismo desatado por la conquista de la copa del
mundo, unos meses más tarde se produce el incidente por el Beagle con
Chile (en donde sólo la intervención del Papa impidió
lo que era una guerra segura). La profunda conexión entre el mundial
de 1982 y la guerra de las Malvinas, ya en la final de la dictadura son otro
ejemplo de lo dicho. Una vez más, El Gráfico, fue la revista
de difusión masiva que colaboraba en la sensación de sentirse
"argentino" en las difíciles.
"Asistimos a los días más difíciles de nuestro tiempo.
Cada minuto, un episodio, cada día, una esperanza. Penetra en nosotros
la gama más diversa de las sensaciones: orgullo, dolor, drama, triunfo,
tristeza, lucha, nostalgia, horror, amor, patriotismo. (...) Para estos días
difíciles en que todos queremos estar al lado de nuestros soldados,
se nos ha ocurrido una manera de contribución. El mundo tiene que saber
que pasa, el porque de nuestra defensa, ante el ataque imperialista británico,
la razón de nuestra lucha. Nos planteamos entonces acercarnos al mundo
del deporte. (...) El deporte no puede estar ajeno a este momento crucial
que nos propone la historia"35.
La propuesta de El Gráfico giraba en torno a que lideraría la
"misión" del deporte ante la guerra; prensa, dirigentes y
jugadores le mostrarían al mundo el por qué de su "antiimperialismo".
Lo que se está queriendo mostrar en este trabajo, es como el poder
militar de turno, en Argentina y Uruguay, utilizó sus propias armas
para articular con las masas, aquellas armas que les venían signadas
por las propias largas duraciones que heredaban y que las condicionaban. Hubo
una dictadura a la argentina y una dictadura a la uruguaya. Y el fútbol
en ambas ocupó el lugar que tenía que ocupar. Lo que se está
buscando demostrar, a lo largo de todo este trabajo, es la diferente forma
que el fútbol articuló con el poder político de turno.
El realizar este estudio comparado nos permite encontrar las diferencias y
similitudes entre dos situaciones análogas en el tiempo y en el espacio.
2.3. El
Plebiscito de 1980 y la Copa de Oro
Pasemos a la dictadura uruguaya y su relación con el fútbol.
Es ya tradicional en nuestra historiografía aceptar tres etapas en
el período de facto 1973-1985. La etapa comisarial, la fundacional
y la transicional. Sí en la primera se trataron de acelerar los mecanismos
de represión, más adelante, en la etapa fundacional, se buscó
articular con las más caras identidades de los uruguayos, intentándose
apoderar de la tradición. La dictadura prácticamente se arrodilló
ante Artigas, dedicándole un gigantesco mausoleo debajo de su monumento
en plaza independencia. El 25 de agosto de 1975 se cumplían 150 años
de la falsa declaratoria de la independencia nacional y el proceso decretó
ese año como sagrado; lo llamó "el año de la orientalidad".
El diario El País se transforma en el gran aliado, es el verdadero
aparato propagandístico del poder.36 El diario se transforma en el
"diario oficial" del proceso, desbancando al diario El Día
del primer lugar en el mercado y en el poder.
1980 será el año elegido por los militares para una búsqueda
desesperada por legitimarse. Si bien el impacto del Mundial 78 fue muy grande,
la dictadura buscaba llegarle a la población uruguaya a nuestra manera
"batllista" de ser. El aparato propagandístico tendría
que enfocar hacia nuestra vieja receta de la democracia y el legalismo. Y
que mejor hacerlo que con nuestra vieja apelación a la "constitución",
en una año que se cumplían 150 años de nuestra vieja
sagrada escritura. Siempre al poder local, los centenarios de las "juras"y
los "natalicios" le venían como anillo al dedo para lograr
calor popular.
Se propondría una nueva "constitución", en donde se
disfrazaba de un manto jurídico la perpetuación de las fuerzas
armadas en el poder. A través de un plebiscito con voto secreto fijado
para noviembre de ese año se consultaría a los ciudadanos. Y
como siempre se hizo, el culto a la democracia y la constitución lo
festejaríamos a través de nuestro deporte identitario, el fútbol.
Se decidió crear un torneo, denominado "Copa de Oro", en
donde serían invitados todos los campeones mundiales existentes hasta
el momento, y el campeón sería "campeón de campeones".
El acercamiento del poder político al fútbol, se daría
como ya es tradicional a través de Peñarol. Es en el período
de facto donde la AUF está dominada claramente por militares. En 1980,
es el capitán de navío Yamandú Flangini el presidente
de la Asociación. Pero, a diferencia de Argentina, en donde la cara
visible en la organización es el almirante Lacoste (figura descollante
del EAM 78), aquí será un civil la cara visible de la organización
de la copa de Oro. Esta figura será la del emblemático presidente
de Peñarol, don Washington Cataldi. Este dirigente fue el propulsor
de la copa Libertadores, de la intercontinental, durante su mandato Peñarol
saldría campeón del mundo de clubes. Sería él,
el hombre del fútbol elegido por el poder. La llamada al plebiscito
por la constitución sería para noviembre y el torneo sería
para diciembre y enero de 1981. Maradona, Rumenigge, Sócrates, los
hermanos Van der Kerkoff, Antognoni, etc., eran publicitados a través
del diario El País, con el mismo fanatismo con que era plebiscitada
la nueva constitución propuesta por el régimen. El símbolo
de la copa de Oro, un indiecito charrúa, es la réplica exacta
de "Pampita", la mascota del mundial 78. Era una de las tantas manifestaciones
del acercamiento de la dictadura a nuestras tradiciones.37 Pero lo más
pintoresco es el marketing publicitario que rodea al torneo, y que tiene una
de sus muestras en la canción oficial. Se habla de "un tesoro
de amistad, paz y libertad", conceptos antinómicos con los tiempos
que se vivían. La estrategia publicitaria, diseñada por las
grandes agencias del momento, buscaba generar la falsa idea de "democracia"
tanto en la constitución como en el campeonato propuesto por la dictadura.
Es aquí donde radica una de las llaves de este trabajo: el poder político
de turno, es prisionero de las cárceles de larga duración que
le vienen de atrás. Tanto el proceso argentino como el uruguayo, buscaron
nadar en sus propias tradiciones, ahogándose en ellas mismas.
El apropiarse del pasado, permitiría a la dictadura dominar el presente
y proyectarse al futuro. Seríamos una vez más la "Suiza
de América", la única democracia de América del
Sur, en un país que hacía culto al legalismo y el respeto de
los derechos humanos. Pero las identidades políticas nunca están
cerradas. La población votó "NO" a la constitución
propuesta y la Copa de Oro se transformó en un lugar donde la ciudadanía
encontró un espacio de movilización popular en donde poder manifestar
su descontento. Cuando Uruguay sale campeón, derrotando a Brasil en
un estadio Centenario repleto, se sintieron estribillos como "el se va
acabar, se va acabar, la dictadura militar".38 Las claves del revés
de 1980 hay que buscarlas en las raíces profundas de la construcción
de nuestra identidad nacional. No podemos olvidar el papel decisivo del diario
El Día en la forja de una identidad batllista y democrática.
El diario no había sido clausurado por el proceso. A medida que se
acercaba el día decisivo de noviembre de 1980, la apelación
a frases de Batlle y Ordóñez no hacían más que
relativizar la constitución propuesta por los militares e incitaban
a votar por no. La propia Copa de Oro era tratada de forma totalmente separada
a la publicidad del régimen.
Este trabajo pretendió mostrar la importancia del estudio de los símbolos
en la historia. De cómo se mantienen en el tiempo cómo verdadera
"fuerzas de inercia" de las estructuras mentales de larga duración
histórica. Y también la importancia de empezar a trabajar con
la "historia antropológica" en las distintas prácticas
culturales del Uruguay.
Notas
1. Braudel Fernand "La historia
y las ciencias sociales", Madrid, Alianza Editorial, 1968, pág.
125.
2. Achugar, H, Caetano, G, "Identidad uruguaya ¿mito, crisis o
afirmación?", Montevideo, Trilce, 1992.
3. Dunning, Eric, "Reflexiones sociológicas sobre el deporte,
la violencia y la civilización", en Materiales de Sociología
del Deporte, Madrid, ediciones de la Piqueta, 1993, pág. 90.
4. Ibid, pág.97
5. Barbero
6. Ibid, pág. 21
7. Hobsbawm, Eric, El mundo del trabajo, Barcelona, Crítica, 1987,
pág. 227.
8. Ibid, pág. 228.
9. Debemos la utilización de esta teoría al antropólogo
argentino Eduardo Archetti. A través de un estudio sobre la creación
del imaginario del fútbol argentino se permite reflexionar sobre la
argentinidad. En la construcción de una identidad nacional, lo tradicional
y lo moderno se van hibridizando. El gaucho, valor criollo, se articula con
lo inmigrante. El nuevo híbrido permite construir relatos nacionalistas.
Con el fútbol ocurre lo mismo. Es a partir de 1913 que aparece Racing
campeón y por primera vez encontramos apellidos puramente latinos en
sus cuadros. El proceso de criollización va siendo gradual. A través
de la lectura de la revista "El Gráfico" (conocido semanario
argentino fundado en I919 por la Editorial Atlántida) el investigador
va comprobando como la revista, a través del relato de sus más
destacados periodistas, van elaborando un imaginario nacionalista del fútbol
argentino, basado en la alteridad que le produce el estilo británico.
El estilo rioplatense (en donde está también incluido el fútbol
uruguayo) es el patrimonio de la gambeta, la finta, el quiebre de cintura
y se opone al estilo de jugar como una máquina de los ingleses (en
donde todo está mecanizado). La investigación de este antropólogo
argentino ha sido fundamental para mí propia elaboración sobre
la construcción de un imaginario del fútbol uruguayo. Debemos
a Pablo Alabarces el haber accedido a este material así como a todo
el restante corpus de investigación académico de autores latinoamericanos
y extranjeros. Para más información sobre los planteamientos
de Archetti ir a: Archetti, Eduardo "Estilo y virtudes masculinas en
El Gráfico: La creación del imaginario del fútbol argentino",
en Desarrollo Económico, Revista de ciencias sociales, Bs. As., octubre-diciembre
1995, vol35, n° 139.
10. Morales, Franklin "Los albores del fútbol uruguayo",
en "100 años de fútbol", Montevideo, Editorial Reunidos,
1969, pág. 4. Esta colección, llevada adelante como antesala
de la presentación uruguaya en el Mundial de México, tiene la
virtud de haber sido la primera y la única historia del fútbol
uruguayo.
11. Ibid, pág.5
12. Gran cantidad de empleados del "Central Railway" formaban parte
del aluvión inmigratorio italiano y español que llegó
a nuestras costas en esta década y en las primeras del veinte.
13. Morales, Franklin, "Los albores del fútbol uruguayo",
op. cit, pág. 17.
14. Este fenómeno no se da sólo en el fútbol. En el espectacular
desfile de carnaval en el sambódromo de Río de Janeiro, las
escolas han hecho mucho más que importar el carnaval europeo (que es
su origen). Las "traducciones" se ven claramente en tres aspectos:
el lugar de las mujeres, la danza, y la cultura africana.
15. "El Día", Montevideo, 4 de mayo de 1910, pág.
20.
16. Término que refiere a un liderazgo de base rural que todavía
se sigue usando en nuestro país para referirse a líderes políticos
actuales.
17. Así como el sector batllista del partido colorado tuvo al diario
El Día como su vocero, los blancos también tuvieron diarios
dirigidos a las masas y que buscaban quebrar la hegemonía colorada.
La Democracia, La Tribuna Popular, El País, etc. son algunos de ellos.
El Herrerismo concretamente tendrá en El Debate a su diario principal.
Los principales acontecimientos futbolísticos del fútbol uruguayo
de los años veinte, así como el propio mundial del treinta,
no tuvieron medio blanco como protagonista mediático del evento.
18. Sucesivamente desde 1914, todos los presidentes de Peñarol son
hombres del partido colorado. Repasemos: Jorge Clulow, Francisco Simón,
Dr. Félix Polleri, César Batlle Pacheco, Julio María
Sosa, Ing. Arturo Abella, Ing. Luis Giogi, Arq. Juan Scasso, Dr. Alberto Demichelli,
Pedro Viapiana, Francisco Tocheti Lespade, Dr. Alberto Mantrana Garín,
Eduardo Alliaume, Dr. Bolívar Baliñas, Dr. Alvaro Macedo, Mayor
Armando R. Lerna, Dr. Constante Turturiello, Ing. José Luis Buzzeti,
Cr. Raúl Previtalli, Car. Gastón Guelfi, Washington Cataldi,
Cr. Carlos Lecueder y Cr. José Pedro Damiani. En cambio Nacional ha
conocido presidentes blancos, colorados y algún cívico. Debemos
esta información a Franklin Morales.
19. Debemos mucho de esta información al investigador uruguayo Luciano
Álvarez, que durante su elaboración de una historia de Peñarol,
nos suministró unos adelantos de su trabajo con una riquísima
información sobre los diferentes presidentes de la institución.
De alguna manera, estábamos sacando las mismas conclusiones por separado
y fue muy interesante para ambos el intercambio de información.
20. Prats, L. "Crónica celeste", Montevideo, Fin de Siglo,
pág. 55.
21. Caetano G., Achugar, H, "Identidad uruguaya, mito, crisis o afirmación?"
, Montevideo, Trilce, 1993 pág. 81.
22. Para más información sobre el Centenario ver Caetano, Gerardo,
"Lo privado desde lo público. Ciudadanía, nación
y vida privada en el Centenario" en Historias de la vida privada en el
Uruguay.
23. Bayce, Rafael, "Cultura, identidades, subjetividades y estereotipos
:preguntas generales y apuntes específicos en el caso del fútbol
uruguayo". Ponencia inédita realizada en el congreso de Deporte
y Sociedad organizado por Clacso en la ciudad de Quito, Ecuador, noviembre
de 2000.
24. Morales, F., "La garra celeste". Enciclopedia Uruguaya, N°
41, Montevideo, 1969, tomo 3, Montevideo, Santillana, 1996.
25. Resulta interesante vincular a la FIFA con la coyuntura denominada por
Eric Hobswman como "La Era del Imperio" (Barcelona, Labor, 1989),
que describe un período que aproximadamente va de 1870 a 1914: Es recién
con el desarrollo de las comunicaciones basadas en el ferrocarril, el telégrafo
y la navegación a vapor interoceánica, que se puede hablar de
una mundialización, que permiten que surjan organismos internacionales
que vinculan a los países imperialistas con sus periferias. En esta
época, América del Sur era una semi-colonia inglesa. En este
contexto es que nace la FIFA.
26. Hasta la dirigencia de Hugo Batalla, todos los presidentes de la AUF estuvieron
vinculados al poder político de turno.
27. Con estos análisis lo que se pretende es comenzar a realizar etnografía
histórica a las investigaciones sobre historia nacional
28. El Día, Montevideo, 18 de julio de 1930
29. González Sierra, Y., "Domingos obreros en los albores del
siglo XX" en Historias de la vida privada en el Uruguay , tomo 2 , Santillana,
Montevideo, 1996.
30. El Imparcial, Montevideo, 2 de agosto de 1930, pág. 1.
31. Esto nos lleva a reflexionar el conflicto que se da entre el nacionalismo
y las etnias. El choque que existe entre identidades nacionales y la autonomía
territorial en sociedades plurales. Aquí entramos en una apasionante
discusión epistemológica sobre el deporte; el mismo... ¿es
opio de los pueblos y artefacto de manipulación de las masas, o por
el contrario, puede afirmar identidades fragmentarias y en crisis que produzcan
reivindicaciones?.Para una aproximación teórica como esta ver:
Bromberger (1991).
32. Benedetti, Mario, "El país de la cola de paja", Montevideo,
Arca, 1960, pág. 60.
33. Ver Sebrelli, Juan José, "La Era del fútbol",
Buenos Aires, Sudamericana, 1998.
34. El Gráfico, 6 de junio de 1978, pág. 3.
35. El Gráfico, 25 de mayo de 1982, págs. 3 y 4.
36. Fundado en 1919 por integrantes del partido Nacional, es hoy el principal
diario, en lo que tiene que ver a ventas, del Uruguay. Investigando alguno
de sus suplementos, como "El País de los domingos", a lo
largo de todo 1974, uno nota que este diario construye el imaginario de la
dictadura. Siempre aparece la imagen de un hombre no comprometido con la política,
ejecutivo, familiero, optimista. La idea de EEUU como fuerza del bien, opuesto
a la URSS como fuerza del mal son una constante en sus artículos. El
fútbol es una constante en sus artículos: aparecen las intimidades
de los jugadores y directores técnicos del medio, tratando como, a
través de las entrevistas a estos, de hacer divertido el domingo. Fernando
Morena, a través de diversas entrevistas, es presentado como el nuevo
símbolo del fútbol uruguayo. Es presentado como un muchacho
sano, sin vicios, sencillo.
37. En un trabajo todavía inédito sobre el mundial 78, Pablo
Alabarces muestra la importancia de la figura de Pampita en dicho torneo.
38. Acerca de las canciones cantadas por las hinchadas durante el torneo,
debo los datos a un informante que pidió guardar su
Artículo publicado en "La Gaceta"
Revista A.P.H.U.
Asociación de Profesores de Historia del Uruguay,
Montevideo-Uruguay, n° 24, agosto 2002.